Eduardo Vega Malo lleva sobre sus hombros, una vida de creación artística, en el mundo de la cerámica y, por ello, el Municipio de Cuenca le ha conferido en sus fiestas, la condecoración Santa Ana de los Ríos de Cuenca.
Desde los años 70 -pared de por medio- recuerdo a Eduardo Vega en su taller inicial, que vio crecer su arte, traducido en esculturas como los Totems, en murales como el País del adorado, Guapondélig y El árbol de la vida tan recreado por quienes trajinábamos por el campus de la Universidad de Cuenca. En mi rincón de la playa, gozo de un trabajo mural del artista, tan bien logrado, que exhibe a un pescador, en su barca con el remo, rastreando a su presa.
Artículos de uso doméstico, vajillas, floreros y objetos utilitarios o decorativos, han sido por siempre, muy apreciados y lucen en casas y restaurantes con gran valoración de propios y extraños. Visitar el taller-galería de Eduardo Vega ha constituido, por siempre, un sitio de interés y enorme atracción para los cuencanos y, ¡cómo no serlo, para los visitantes que llegan a Cuenca en búsqueda de artesanías y piezas cerámicas de la autoría de este artista -gigante alfarero- muy renombrado en nuestra ciudad y país y pionero en el arte de la cerámica! (O)
