El pasado no importa, ni la palabra empeñada en ese entonces, tampoco pesan los principios ideológicos, menos la ética o la obediencia a la Ley, todo en nombre y beneficio del país. En las primarias “a la carta” como sucede en Ecuador, se decide “por amor al país” cuáles serán los candidatos con la “verdadera propuesta ciudadana” como ya señalan ser algunos. Ni siquiera es necesario ya el disimulo o las clásicas negociaciones bajo la mesa porque “el país vive su hora más aciaga” y requiere de su “sacrificio cívico”. Venderse como candidato o alquilar el partido o movimiento es parte del marketing político, todo, porque el país así lo requiere. Se mueve el mercadillo electoral entre nuevas y viejas derechas, seudo izquierdas y quienes se declaran ser la tercera vía porque el país “ya no aguanta más de lo mismo y con los mismos”. Este grotesco espectáculo de seudo democracia vuelve más dramático al panorama nacional en la grave crisis que atravesamos, y más bien parece de aquellas angustiantes y aterradoras pesadillas de las que uno no puede despertarse y tan sólo mira los acontecimientos sin que grito o seña alguna cambie el curso de esas ilusorias realidades. Bien decía el político liberal Andrés F. Córdova que “en política se ve tostar granizo” en nombre de la Patria y el país. (O)
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