Este año 2025 Cuenca vivió la presencia de dos eventos importantes multitudinarios en sus calles, el primero la «Marcha por el agua», masiva movilización ciudadana del 16 de septiembre, donde más de 90. 000 cuencanos se congregaron para rechazar el proyecto minero  Loma Larga en los páramos de Quimsacocha. El segundo este 24 de diciembre con  el “Pase del Niño Viajero”   con 100.000 participamtes que proceden de todos los estratos sociales, danzando y cantando: ¡Bien venido seas mi Niño adorado, bien venido seas mi Niño de amor!

Esta tradición, iniciada en 1961 y mantenida especialmente por la apreciada familia Pulla y miles de priostes, se convirtió cada 24 de diciembre, en un día de fiesta, de regocijo para Cuenca y el Azuay, no solo para los católicos, sino para creyentes y no creyentes que disfrutan de esta exquisita muestra de la riqueza cultural y espiritual local. Miles de citadinos asisten para admirar las pintorescas representaciones en las calles de Cuenca el día previo a Navidad: nacimiento del Niño Dios. 

El pase de Niño como manifestación de religiosidad popular, es una de las fiestas que mejor refleja la gran riqueza cristiana-cultural de nuestro pueblo, ya que sus integrantes viven todo el año en función de organizar y prepararse para el pase del año siguiente, nos lo recuerda la Dra. Susana González, en su hermoso Libro: “El pase del Niño”. La elaboración de los elegantes trajes para la Virgen María, San José, Pastores, Reyes Magos, carros alegóricos son costosos, pero los participantes consideran que no importa, por cuanto el mismo Niño es quien bendice y retribuye el ciento  por uno.

Este año no ha sido menos apoteósico que los 64 anteriores, por el contrario, se diversificaron aún más con la participación de establecimientos educativos, universidades, agrupaciones musicales como el Coro Senior y su calidad musical, el Conservatorio de Música y priostes que nunca faltan: Ejército y Policía Nacional.

El pase de Niño es la clara demostración de la generosidad de los cuencanos, la capacidad de organización y sobre todo de amor y unidad, por cuanto en este homenaje al Niño, no hay ricos ni pobres, ni campesinos ni ciudadanos, todos iguales que siguen la luz Belén. (O)