Después de una semana inundada de información especulativa, según la cual el tribunal de la sala penal nacional, integrada por los prestantes jueces Iván León, Marco Rodríguez e Iván Saquicela se aprestaba a diferir el juicio “Sobornos 2012-2016”, por la supuesta ausencia del país programadas con anterioridad de los dos primeros de los nombrados, el país se llevó una grata sorpresa cuando apareció el comunicado de La Corte Nacional de Justicia indicando que ellos no se “moverán” de sus puestos mientras no termine el juicio. Noticia halagadora, por cierto, al tomarse con seriedad este caso emblemático.
En el proceso, la Fiscal Salazar les dejó congelados a los abogados defensores de los impugnados cuando anunció la terminación de las declaraciones testimoniales, porque las 30 personas que confesaron, más las pruebas documentales eran suficientes para configurar el cohecho.
En este carrusel de hechos delictivos, que tiene a varios fugados y algunos esperando ser llamados para responder ante la justicia, por fin la Interpol detuvo en España a Pablo Romero, exsecretario nacional de Inteligencia en el gobierno de Correa, para su extradición al país, por el caso del secuestro a Fernando Balda. Está pendiente, traerles a los exfuncionarios y amigos del correato que se fueron hace tiempo: Carlos Ochoa, Vinicio Alvarado, Fernando Alvarado, Ramiro González, Walter Solís, Ricardo Patiño y demás angelitos.
En esta lucha entre el bien el mal, como dos líneas muy difíciles de unir, y que es una constante en el tiempo, los esfuerzos realizados para devolverle la decencia a la justicia serán bienvenidos y deberían contar con el apoyo de la sociedad. Hemos visto actuaciones magistrales de la Fiscal, posiciones firmes de la jueza Camacho, argumentos válidos emitidos por los jueces, al mandar al tacho de la basura las pretensiones de los abogados del correísmo que solamente quisieron retrasar los procesos, a través de la recusación. ¡¡Qué el juicio siga con la diligencia necesaria para llegar a buen puerto!! (O)
