El Ecuador ostenta el triste privilegio de ser uno de los países latinoamericanos con mayor número de contagiados por el “COVID-19”, superado solamente por Brasil, país que tiene un número de habitantes muchísimo mayor que el nuestro. Ello se debe a que, lamentablemente, a pesar de la emergencia sanitaria declarada en todo el territorio nacional, existen ciudadanos que no han tomado con la debida seriedad la peligrosidad en el contagio de este nuevo virus, y han desoído las recomendaciones básicas que las autoridades respectivas formulan a diario, esto es no salir de casa si no es estrictamente necesario, y si se sale llevar mascarillas y guantes, respetar la distancia de por lo menos dos metros entre personas, y además lavarse frecuentemente las manos con jabón y desinfectante.
La falta de responsabilidad de estos ciudadanos, pone en riesgo a todo el país, pero muy especialmente a ciertas ciudades y regiones, donde por esta indisciplina en algunos habitantes, los contagios se han disparado, y ello retrasa cualquier reducción en el período de confinamiento a nivel nacional, y además causa más perjuicios a la economía y la vida nacional.
Por otra parte, preciso es anotar, los niveles de desempleo y subempleo de millones de compatriotas, en cierta forma explica, aunque por supuesto no justifica de ninguna manera, el que muchas personas salgan en busca del sustento diario. Aunque el Gobierno Nacional a través de sus organismos respectivos, y los gobiernos seccionales entregan kits de alimentos, estos repartos de hecho no son suficientes, dada la cantidad de familias que carecen de medios para subsistir, por lo que se vuelve preciso que se intensifiquen y focalicen hacia los realmente necesitados estas ayudas, si no se quiere que, por la ruptura de los protocolos de aislamiento obligatorio, la pandemia se intensifique en el Ecuador. Por último son muchos los habitantes del país que no han podido procurarse alcohol, gel antiséptico, mascarillas y otros implementos indispensables al momento.
