Si de algo tenemos que lamentarnos en medio de todo este drama humano llamado pandemia, es de la débil y tibia participación del gobierno nacional en relación a lo que se debe y no se debe hacer en el país hablando estrictamente del sector productivo nacional.
Sí, es cierto, le hemos visto al Vicepresidente de la Republica recorriendo incansablemente todo el territorio ecuatoriano, dando su aliento y solventando las necesidades de los centros de salud y bienestar social del territorio. Pero, ¿qué sucede con todo ese sector que sostiene a miles de familias ecuatorianas y que hoy en su gran mayoría se ha visto obligado a cerrar sus puertas y nulitar los ingresos a las cuentas empresariales?
No deja de llamar la atención que el Gobierno Nacional contrario a emitir medidas de apoyo, impulso e incentivo empresarial a todos los sectores que componen el aparato productivo, haya promulgado resoluciones que contrarias a beneficiar a los trabajadores y empleados vinculados directa o indirectamente a las empresas, se encarguen de apalear aún más la débil estructura financiera por la cual se está atravesando.
Causa aún más admiración el hecho de que las medidas adoptadas tengan que ver con impuestos y retiro de dinero del bolsillo de personas naturales y jurídicas y no de incentivo al trabajo y generación de ingresos alternativos que al final del día, se verían revertidos en las arcas nacionales.
Señores Ministros, lo que se debe hacer en estos momentos es garantizar las fuentes de empleo y pensar en un plan a mediano y largo plazo. Las medidas adoptadas les van a tener resultados de aceptables a mediocres en el cortísimo plazo pero, más tarde que temprano sufriremos todos las consecuencias. ¡Por favor rectifiquen de inmediato que aún estamos a tiempo! (O)
