Por Christian Sánchez M.
La pandemia por el COVID-19 ha desnudado algunas realidades. Hay escenas inimaginables que quedarán grabadas en fotografías y en la memoria de la ciudad. En estas fotos se hace un breve repaso de cómo han cambiado la dinámica de algunos sectores de la ciudad, en los que se viven diferentes realidades.
En la zona sur, por ejemplo, a diferencia de lo que ocurrió con otros lugares, se ha incrementado el movimiento. Calles y aceras se han convertido en espacios de ventas de
diferentes alimentos. El comercio del mercado El Arenal y sus alrededores se han trasladado a este lugar.
Esto porque este centro de abasto, el más grande de la ciudad, fue cerrado para una
desinfección. Allí ahora todo luce vacío, y se ha convertido en un espacio para el descanso de palomas. Las autoridades mantienen una vigilancia de este sitio las 24 horas.
El centro de la ciudad también ha cambiado. Algunas zonas que antes eran comerciantes
ahora lucen vacías mientras que otras que antes eran quietas ahora tienen gran movimiento.
En algunos lugares parece no funcionar el llamado de las autoridades de evitar aglomeraciones para prevenir más contagios. Pero no es solo por una mala conducta, es por necesidad de obtener el alimento diario. También esta pandemia ha dejado ver el
esfuerzo de algunos trabajadores, que aunque poco reconocidos, dan un aporte fundamental para la ciudad.
Se trata de quienes se dedican a las labores de aseo, quienes se laboran día y noche
para mantener limpia la urbe. Pocos los reconocen, pocos valoran su esfuerzo. Estas son gráficas que quedarán de recuerdo, que quedarán en la memoria, que serán una muestra de lo que fuimos, somos y seremos. (I)
