“En la noche mientras estoy con mi hija en brazos dándole de comer, estoy gestionando reuniones, o mientras estoy en la reunión me toca hacerle dormir, o hacer cosas pendientes del trabajo” comenta María, funcionaria pública que combina el trabajo presencial y el teletrabajo.
Su caso no es aislado, tanto en el sector público como en el privado, el teletrabajo deja casos de personas que se sienten esclavos de las pantallas, algo que no pasaba antes de la pandemia.
La psicóloga Daniela Maldonado explica que este tipo de sobrecarga laboral afecta directamente la salud de las personas.
“Algunos indicadores aumentan como el estrés, el síndrome de trabajador quemado que conlleva depresión y ansiedad, el consumo de alcohol o drogas e incluso la idea de suicidio” sostiene la experta.
“Estoy tan cansada, almuerzo frente a una pantalla y mientras estoy en reuniones me quedo dormida porque el agotamiento que tengo es enorme. Hay días que me levantó y no quiero ni ver el celular” comenta María.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que la pandemia ha provocado una crisis de salud mental en la Latinoamérica “a una escala sin precedentes”.
La psicóloga explica que la salud mental de los trabajadores no es un asunto menor. “El trabajador que está agotado, con sobrecarga de trabajo, deprimido; rinde menos y eso afecta directamente a la producción de la empresa” señala.
La OPS recomienda contratar más personal para reducir la carga laboral de los afectados y capacitarlos para enfrentar la pandemia, pero esto no pasa.
Solo en Cuenca, según datos del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, se han dado 20.000 despidos.
Maldonado explica que el entorno laboral, en el que existe de manera implícita la inseguridad de mantener un puesto de trabajo, hace que el trabajador calle y sea explotado, lo que agrava su situación emocional.
Situación legal
El abogado Santiago Vintimilla, quien se especializa en temas laborales, comenta que la sobrecarga de trabajo implica precarización, y puede ser considerado despido intempestivo si el empleado cumple con más horas de las dispuestas en su contrato.
“La producción no puede parar y esto implica que las personas que se quedaron en sus puestos , en la mayoría de las ocasiones, hagan el doble de trabajo sin recibir una paga justa” añade.
Explica que en la mayoría de estos casos los trabajadores no cobran horas suplementarias o extras, lo que también representa un problema.
“Lamentablemente no hay forma formal de medir las horas trabajadas y eso puede dejar en la indefensión a la persona”, sostiene.
Un estudio efectuado por el Ministerio de Trabajo a nivel nacional da cuenta de que el 23 % de los encuestados afirma que su estado de salud mental ha desmejorado, por lo que la cartera de estado alista medidas.
El ministro Andrés Isch comunicó que en los próximos días se emitirá un acuerdo ministerial para normar el teletrabajo, de forma que este se convierta en una herramienta para la reactivación económica, sin ser una carga emocional imposible de llevar para los trabajadores.
María comenta que ha pensado en renunciar, pero la actual situación económica del país no se lo permite.
La OPS pide para trabajadores como ella, mayor apoyo de los sistemas laboral y de salud en la región. (JMM) (I)