Dos lobos nacidos bajo cuidado humano en 2018 en el zoológico Amaru, de Cuenca, fueron liberados ayer en una zona que está en el cantón Oña, provincia de Azuay, que es su hábitat natural.
Ernesto Albeláez, biólogo y director del Amaru, explicó que ambos animales fueron llevados en febrero de este año a un área de rehabilitación que es parte del proyecto Hanpuy.
Allí, en alianza con la Hacienda y Centro de Medicina Natural El Troje, Amaru hizo un proceso de adaptación de estos lobos para que puedan acoplarse a sus nuevas condiciones de vida.
“Hemos llegado ya a la fase final del proceso, en donde se les reintroduce al medio natural…”, dijo. Ahora estarán en una reserva de bosque, que un área de conservación.
Ambos especímenes son hijos de una pareja conformada por la madre, trasladada desde Cotopaxi, por el Ministerio del Ambiente y Agua (MAA), y de un padre, nacido en cautiverio en septiembre del 2014 en Amaru.
Los lobos liberados pasaron por exámenes veterinarios necesarios para su liberación sin riesgo (inmunología, serología, hemograma y química sanguínea) hechos antes de su movilización.
Ahora estos dos individuos serán monitoreados por medio de cámaras trampa. Tienen marcas en sus orejas, lo que permitirá identificarlos en caso de cualquier eventualidad.
Asimismo, según explicó Arbeláez, tienen microchips, que facilitarán ubicarlos y conocer las rutas por donde se desplazan, pero además para auxiliarlos en caso de requerirlo.
Todos los gastos inherentes al proyecto han sido y serán asumidos por Amaru y Hanpuy. El proceso de liberación es costoso y ha requerido de una alta inversión de recursos logísticos, humanos y económicos.
Para todo el equipo de colaboradores que participa en esta iniciativa, la información y experiencia que se genere con este proyecto serán de gran beneficio para la conservación de esta especie (CSM)-(I)
