Los agroproductores se levantan a las dos o tres de la mañana para salir de sus hogares hacia Cuenca y participar de las ferias de los sábados. Lo hacen en buses, camionetas de alquiler o de su propiedad con la esperanza de reactivar su economía golpeada por la crisis sanitaria del COVID-19.
Llegan con sus hortalizas, legumbres, frutas, cárnicos incluso con emprendimientos de artesanías, vinos y dulces a las ferias que organizan el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Gobierno Provincial del Azuay.
No importa el frío de las madrugadas cuencanas, pues la necesidad de llevar algo de dinero a sus hogares vence cualquier obstáculo. A las 05:30, tienen sus puestos impecables para, desde las 06:00, recibir a los compradores que llegan con mascarillas y frascos llenos de alcohol en sus manos para prevenir los contagios.
Desafíos
En marzo, con la proliferación del virus en el país, se suspendieron obligatoriamente estas ferias por alrededor de tres meses. En junio se reactivaron las actividades bajo estrictos protocolos de control y bioseguridad.
En seis meses de una reactivación paulatina se registran altas y bajas en las ventas. Los agroproductores a pesar de esto, aún se mantienen firmes y esperan por mejores días, más aún, cuando se habla de que en los primeros meses de 2021 llegará la ansiada vacuna contra el COVID-19.
Julia Fernández, de la parroquia Ludo, del cantón Sígsig, por citar, sale de su hogar antes de las 03:00, para no perder el primer bus que la traslade hacia la feria del Cadecem del MAG en Cuenca. El pasaje le cuesta 1,75 dólar, y le cobran un adicional de 50 centavos más por una pequeña gaveta, donde lleva sus productos, entre brócolis y tomates que cultiva en su pequeño huerto.
La mujer, de 56 años de edad, a veces se desespera por la difícil situación que deja la crisis sanitaria. “En ocasiones no vendemos nada o solo se vende cinco dolarcitos o máximo diez (…) Sigo viniendo a la feria porque siempre digo, tal vez esta semana si se venda”, menciona Fernández.
Para Carlos Chique, de 39 años de edad, agroproductor de la parroquia Bulán, del cantón Paute, quien participa en la feria de la Empresa Eléctrica del Gobierno Provincial, la agricultura nunca para, pero ha sido muy difícil con las limitaciones en la comercialización, “hemos tenido pérdidas, sin embargo, estamos aquí (…) El agricultor sabe ganar y perder”.
En su caso afrontó una gran pérdida en la producción de duraznos y manzanas porque la emergencia llegó cuando iniciaba a cosechar los frutos. La falta de espacios de comercialización en los primeros meses de la crisis sanitaria, hizo que lleve esos frutos a las composteras para elaborar abono.
Así como estos productores de los cantones, existen otros que no pierden la fe y continúan llegando a las ferias, pese a las limitaciones y adversidades actuales. (BPR)-(I)
Funcionamiento de ferias
El MAG coordina 32 ferias de agroproductores en 12 de los 15 cantones del Azuay con los gobiernos municipales y parroquiales. Las ferias más grandes están en el Cadecem, detrás del edificio del recordado Diario El Tiempo y en Miraflores, del cantón Cuenca.
De acuerdo con Polibio Gomezcuello, responsable de la Unidad de Desarrollo Productivo del MAG en Azuay, se intensificaron las actividades de promoción en redes sociales para que las personas asistan a las ferias. También, se asesora a los agroproductores en temas de producción y demanda.
El GAD Provincial a través de su compañía AgroAzuay también realiza dos ferias grandes en Cuenca. Se ocupa el patio taller de la institución en la Empresa Eléctrica, y un predio en la ciudadela Kennedy.
Para Tatiana Rodríguez, gerenta de AgroAzuay, la presencia de compradores ha variado a lo largo de la emergencia, es así como en los dos últimos meses ha disminuido, pero nuevamente se reactiva. Asegura que también se realizan acciones de promoción. (I)
DETALLE
En las cinco ferias grandes que se desarrollan en la capital azuaya participan más de 600 agroproductores provenientes de los diferentes cantones de la provincia.
