Pretender el cambio ético que valore la dignidad humana siempre será un propósito necesario pese a todas las contradicciones y dificultades que se encuentren en el camino. Luego del año 2019 con su lamentable proceso terrorista del octubre negro, vino una noticia que desde noviembre en una ciudad china alertaba sobre la epidemia luego su diseminación mundial hasta sacudir al mundo con la pandemia del llamado covid 19 que sigue variando en sus facetas destructoras de la salud y de la vida de millones de personas. Pese a ello y a sus efectos sociales, la ciencia avanza en el encuentro de las soluciones más eficaces, para superar y curar tan terrible catástrofe.
Para el Ecuador el 2020 ha sido muy difícil. El contexto de la salud pública agravó la crisis laboral, acentuada aún más por la crisis financiera con la pérdida de ingresos y de las fuentes mismas de trabajo. Tal situación provoca la contracción productiva y laboral como el detonante de más graves efectos. Por tanto es el primer factor a ser atendido y solucionado. Con este elemento, la educación, es otro de los sistemas que se encuentra realmente afectado, la conducción del maestro en el aula es insustituible, por la calidez y la necesaria orientación en la educación presencial. La metodología virtual debe ajustarse a las realidades humanas y tecnológicas. El factor económico es la condición objetiva de las relaciones sociales.
En este cuadro, el 2021, se presenta con el cambio de gobierno y los necesarios ajustes del realismo institucional. La seguridad jurídica y la estabilidad en Democracia siguen siendo nuestro gran desafío. (O)
