Quien triunfe tiene gran tarea, no solo proponer unidad nacional en base a intereses de sectores que representa, sino en función de la sociedad en conjunto, especialmente de grupos históricamente postergados, que requieren atención de manera urgente, a través de hacer efectivo los derechos humanos de acceso a salud y educación, tan descuidados en el régimen que concluye, que convierten en posibilidades reales de disminuir la inequidad, que es lo que no permite avanzar a los pobres y dormir tranquilo a los ricos. Finalmente haciendo abstracción de resultados, lo importante es la consagración de un ejecutivo, legislativo y judicial al servicio del pueblo. Lo demás como en toda campaña política es puro cuento.
En plena guerra de encuestas en donde cada bando recibe de empresas afines signos positivos, en donde se anotan los votos nulos sobre el 20 %, como el colchón preciso para decir luego que terminaron definiendo a última hora, como razón del cambio escandaloso de los números. Ventajosamente a esta altura del partido los electores sabemos de estas y otras mañas, lo que hace desconfiar de los datos escuchados. Más allá a cada uno de nosotros nos corresponde tomar la opción que creemos es la más conveniente para el país y la que obtenga mayor adhesión gobernara en los próximos 4 años. Lo que anhelamos es que como colectivo terminemos acertando, por cuanto este será el régimen que enfrentará la dura crisis moral, sanitaria y social de la patria agobiada.
En el pueblo radica la soberanía reza la constitución, y probablemente una de las efectivas maneras de sentirlo, es el día en que nos acercamos a las urnas, para depositar nuestro voto por una ideología, un ´programa de gobierno o la identificación con las aspiraciones nacionales. Siendo un ejercicio libre en donde solo depende de la voluntad nuestra, el conjunto de los sufragios posteriormente dará el triunfo algún finalista, se evidenciarán posturas respecto del voto nulo como manifestación de no estar de acuerdo con las propuestas, ausentismos, etc. Quizás esta vez interpretemos lo conveniente para el país y algo de aquello depende de nuestra propia reflexión. (O)
