“Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina”. Hipócrates
Valorar a la salud y vigilar por la cualidad más noble que nos conduce a tener un nivel de vida placentero, enriquecedor, compartir con los familiares y amigos, trabajo exitoso, aporte positivo a la sociedad, etc. En gran medida, esto lo conseguimos por haber aprendido a tener un saludable ritmo alimenticio, utilizar nuestra condición de bípedos, descanso oportuno, vestimenta adecuada, higiene certera, distanciamiento de los excesos con Baco y de las ambrosías de las deidades y de los humanos, sin olvidar que lo bondadoso puede transformarse en gestor de enfermedad solo por no practicar la templanza en el mundo gastronómico.
Surgen males como la diabetes, hipertensión, cardiovasculares y digestivas, anemia, dislipidemia, afecciones oncológicas, ácido úrico, colesterol, etc., etc. Una correcta alimentación, debe iniciar con un noble desayuno, saturado de fruta, no ingerir velozmente y masticarlo insistentemente, surtido y variado. Los malos hábitos causan sobrepeso, envejecimiento precoz, y fatiga.
Hoy están de moda las alergias alimentarias, la celiaquía que destruye tejidos intestinales, el rechazo al gluten de las harinas fruto del Trigo de origen asiático y fruto de un manejo genético que conducen a mayor producción, resistencia a enfermedades, etc. Hay quienes creen que cada habitante debe ingerir los alimentos propios de su región terrestre, la globalización nos permite comer alimentos chinos o viceversa y esto ocasiona enfermedades, lo actuado en millones de años evolutivos no puede ser modificado de un día a otro y por intereses de moda o economía de mercado.
La actividad física es fundamental, las distancias, el automóvil y el sedentarismo, son la fuente de los modernos males que laceran a la humanidad. (O)
