Aquellos que creen en la numerología deben estar de plácemes porque el nuevo año llega con los patitos en fila a repetir el número dos ¡tres veces!; pero, más allá de esas elucubraciones insistimos que este nuevo año debe empezar y terminar marcando nuestra vida de manera positiva. Para ello, tenemos la impresión, de que la mayoría hemos aprendido las lecciones terribles que nos deja la pandemia y que, en muchas ocasiones, la muerte de nuestros seres queridos obliga a seguir a pesar del corazón destrozado. Aprendimos a cuidar nuestro cuerpo, a priorizar la salud y a intentar la solidaridad y la humildad con que nos golpea la peste (no olvidamos la canción del Dúo Dinámico con su mensaje de resistir, más fuerte que nunca); sin embargo, nuestros mayores decían “no hay mal que dure cien años” y parece que, al final, este nuevo año llegará con algunas soluciones. Por otro lado, la corrupción, el narcotráfico y la política, posiblemente, seguirán saludables, pero nosotros, mi amigo lector, continuaremos en la lucha; no hay peor desdicha que un pueblo indiferente y adormecido. De allí que nuestro deseo es que las certezas pueblen nuestro camino, que sigamos soñando, pero conscientemente y que no perdamos la voz y la huella de aquellos que pasaron antes. ¡Gracias por la complicidad en la lectura! y que la vida nos sea leve. (O)
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