
En solo 12 años, hasta 2024, se registran 3.136 anuncios activos de Airbnb en Cuenca, según una investigación de la Universidad de Cuenca.
El grupo de investigación PREIT-tour reveló que el incremento de anuncios en las plataformas de alquiler afecta de manera prioritaria al centro histórico.
Solo en 2024 se registraron 205 anuncios nuevos. Y precisamente el trabajo del especialista consistió en registrar y sumar todos los anuncios desde 2012.
¿Que son los anuncios activos? Según el investigador Freddy Espinoza Figueroa, son aquellos que se publican en las páginas web que ofrecen estos servicios de alojamiento.
De acuerdo con la publicación de Espinoza, la transformación silenciosa pero profunda de la expansión de Airbnb y otras plataformas de alquiler turístico, que comenzó como una opción de alojamiento, hoy impacta de forma directa la dinámica urbana del centro de Cuenca.
Sñala que esto ha generado tensiones entre la actividad económica, el acceso a la vivienda y la conservación del valor cultural. Explica que en el centro histórico aumentó significativamente la cantidad de propiedades destinadas a alquileres temporales.

Con eso se produce una oferta habitacional para residentes permanentes y eleva los precios del arriendo, lo que ha provocado que familias se desplacen o migren hacia la periferia.
Cambios en la ciudad
Según Espinoza Figueroa, a diferencia del hospedaje regulado y pese a la normativa nacional sobre Airbnb, la mayoría de los alquileres en plataformas de alojamiento sigue moviéndose de manera irregular a nivel local.
Por otro lado, considera que la ausencia de control fiscal y de densidad, “distorsiona la equidad del mercado y complica la planificación urbana… de la ciudad”.

Por ahora las autoridades locales tienen dificultades para controlar esta forma de alojamiento. Más aún sin estadísticas claras ni datos específicos.
Soluciones para Cuenca
Frente a este escenario, el investigador cree que a Cuenca le urgen “políticas públicas que incorporen la dimensión digital en su gobernanza urbana”.
Reveló que hay ejemplos de ciudades que ya regulan estas plataformas con acciones como fijar un límite anual de días para el alquiler turístico.
Otra opción consiste en exigir licencias diferenciadas en las zonas patrimoniales.
Y decretar moratorias en los barrios saturados e incentivar el retorno de las viviendas al alquiler residencial.
También se puede negociar con las plataformas la entrega de datos en tiempo real, de modo que se faciliten inspecciones automáticas y cruces fiscales.
Además, las tasas y multas recaudadas deberían destinarse a la compra o restauración de inmuebles patrimoniales con fines de alquiler social.
Para terminar, recomienda que contar con datos abiertos ayudan a empoderar a los vecinos con el fin de vigilar la evolución de sus comunidades.
¿Qué puede pasar?
Según el estudio, conservar el patrimonio es un acto “verdaderamente revolucionario”.
No basta con restaurar fachadas, “hay que preservar la vida cotidiana que da sentido al entorno”, asegura.
Y es que una ciudad sin residentes pierde vitalidad y deja de ser auténtico… El producto turístico pasa de experiencia única a oferta estándar sin atractivo”.
Más grave aún, el autor se cuestiona ¿aspira Cuenca a un turismo que la revitalice o está firmando su propia condena a convertirse en un parque temático?
Para Figueroa, los Airbnb no constituyen un problema, pero su expansión “sin controles sí puede serlo”.
Finalmente, cree que el reto está en no dejar que Cuenca se convierta en un bien ajeno para los cuencanos. (I)
Noticias relacionadas: