Quito.- Los frecuentes ataques epilépticos que sufría una adolescente de 16 años llevaron a que su familia confíe en Juan Carlos S., un hombre que ofreció calmar su dolencia empleando métodos propios de un curandero y quien, además, sería pastor de una iglesia. Lejos de aliviar su dolor, el procesado habría vulnerado su integridad sexual. …











