Por Andrés Mazza Desde la declaratoria de emergencia sanitaria y la obligación de quedarse en casa, la mayoría de calles se ven vacías. Ya no hay filas interminables de vehículos ni se escucha los ruidos ensordecedores. La circulación de buses y automóviles ha desaparecido, pero en medio de todo lo negativo que ha traído consigo …











