OPINIÓN| Cuenca vive el bicentenario de su independencia en medio de una crisis perfecta donde confluye la penuria fiscal, desempleo, pobreza, angustia, irresponsabilidad ciudadana, decepción política, el azote del centralismo y la peste del Covid -19. Llegamos al bicentenario con un deterioro agudo de la vialidad con constantes interrupciones de tránsito, retroceso en la conectividad …


