El número de accidentes de tránsito en las vías ecuatorianas ha subido gigantescamente, es común escuchar a través de las noticias, los siniestros que van desde daños en los vehículos hasta lesionados en diferentes grados y muertos como lo más crítico.
Las principales causas son la ingesta de alcohol, uso de drogas, la imprudencia, el uso del teléfono, exceso de velocidad, la fatiga del conductor, la conducción nocturna, la pésima situación vial, factores climáticos como niebla y lluvia, deslaves, averías mecánicas y el común irrespeto a la señalética y normas de tránsito.
Cuán importante es tener conciencia de la conducción, tanto por la vida propia, y más aún por la de las personas transportadas, que confían en el servicio público, sin reparar en la irresponsabilidad que muchas veces está presente, con llantas en mal estado, desperfectos mecánicos, credenciales de conducción falsas, y otros problemas usuales en nuestro país.
La educación vial, la aplicación de sanciones y el control de velocidad y más asuntos inherentes a esta importante y fundamental actividad humana, que coadyuva con el diario desplazamiento de la población, tiene que ser tomado con la mayor seriedad y controles, así se garantizaría el respeto por la vida de los usuarios, ahorrando sangre, dolor y muerte sobre las carreteras.
Siempre nos preguntamos, ¿cómo es posible encontrar tanta ausencia de conocimiento en conductores, sí estudian y tienen que pasar examinación ante autoridad competente? La respuesta es sencilla, ninguna actividad se libra de la común corrupción que lacera todos los estamentos de la sociedad, gestando los conflictos de dominio público, desde lesiones simples, pérdida de miembros y de la vida misma, siendo razón de escenas de verdadero dolor para las familias.
Cada día se incrementa la preocupación de enfrentarnos a un problema que no fue de nuestras calles, la gigante e irresponsable presencia de la mayoría de las motocicletas de entrega a domicilio, sin dios ni ley, abusan de todo y de todos, gestores de accidentes mortales y los tropiezos para los conductores de automóviles. No tenemos policías viales o guardias para el control de la ciudad y sus problemas. (O)