Virgilio Quinde Tacuri: El Escultor Cuencano que Dio Vida a la Chola Cuencana

Nació el 14 de enero de 1923 y a sus 102 años mantiene viva la pasión por el arte. Su mayor obra: la escultura de la Chola Cuencana.

Un artista centenario que sigue creando a los 102 años

A las 08:30 en punto, Virgilio Quinde Tacuri ya está de pie. Con la ayuda de su bastón musical —una creación propia con cascabel que marca el ritmo de sus pasos—, se dirige con puntualidad a su mesa de desayuno. Jamás falta su café con leche, fruta blanda y colada de machica con canela, ritual nocturno que honra todos los días. Su atuendo refleja elegancia: sombrero, camisa lila, pantalón oscuro y saco beige.

Nacido el 14 de enero de 1923 en Sinincay, parroquia al norte de Cuenca, se aproxima a los 103 años de vida, dedicados en su totalidad al arte. Escultor, pintor, compositor y padre de ocho hijos, Virgilio Quinde es hoy una leyenda viviente del arte ecuatoriano. Su obra más emblemática: la escultura de la Chola Cuencana, ubicada en la intersección de las avenidas Huayna Cápac y España con la calle Gaspar Sangurima.

El alma del arte: creatividad diaria y pasión inagotable

Aunque escucha poco y necesita que le hablen fuerte al oído izquierdo, su mente permanece lúcida y creativa. Su hijo Patricio, el quinto de los ocho, lo resume así:

“Papá sigue pintando, modelando, componiendo. Dice que si no crea, se le apaga el alma”.

Martha, la cuarta hija, añade:

“Él vive por y para el arte. Es lo que lo mantiene de pie”.

“La Chichera”: una escultura que celebra lo ancestral

En su casa en la ciudadela Carlos Crespi, Virgilio guarda una de sus más recientes creaciones:
“Princesa Andina, La Chichera”, escultura en madera de cedro y laurel, con textura bicolor, que representa a una campesina cargando chicha de jora.

¿Dónde se exhibirán sus obras?

  • “La Chichera”: se donará al Museo Remigio Crespo
  • “Patria Libre y Soberana”: irá al Museo Pumapungo
  • Autorretrato “El Aldeanito”: al Museo Municipal de Arte Moderno

Trayectoria y formación del escultor cuencano

Virgilio estudió en la Academia de Bellas Artes de la Universidad de Cuenca, guiado por maestros como Isaac Flores y Manuel Nacipucha. Su legado incluye más de 400 esculturas, muchas de carácter religioso, indígena y campesino, talladas en madera de pino, laurel y cedro.

Su antiguo taller se ubicaba en la calle General Torres y La Mar, mientras que su galería actual, llamada Paucarbamba (“valle de flores” en quichua), guarda lo más valioso de su creación artística.

Virgilio Quinde como músico: pasión que trasciende la escultura

El arte de Virgilio no termina en la escultura. También compuso música y grabó seis canciones en LP, entre ellas “Besos de Calor”, premiada en Quito en 1992. La escribió para su esposa, Elsa Maza Pulla, a quien amó profundamente.

Hoy trabaja en un óleo de gran formato titulado “Familia Tish Cuti”, que retrata una escena rural campesina. Y aunque el tiempo no se detiene, su espíritu permanece firme y activo.

Filosofía de vida y legado artístico

“Uno debe poner parte del alma en cada obra. El arte es más fuerte que el dinero”.

Con estas palabras, Virgilio ha guiado a sus hijos, quienes hoy lo cuidan con admiración. Su legado no solo se mide en esculturas o composiciones, sino también en valores éticos y compromiso artístico.

“Cuenca tiene en él a uno de sus grandes artistas, pero nosotros tenemos al mejor papá del mundo”, afirma Martha.

La Verdadera Historia de la Chola Cuencana

Cuando se le pregunta por su obra favorita, Virgilio responde sin dudar:

“La familia unida, porque ahí estoy yo”.

Se refiere a un tríptico en alto relieve que incluye “Papá guardián”, “Madre amorosa” y “El estudiante”. Sin embargo, su hijo Gustavo le recuerda otra: “¿Y la Chola Cuencana qué representó para usted?”

Así comienza la historia del monumento más icónico de Cuenca.

Tragedia, encargo y reconocimiento tardío

La historia se remonta a 1959. El escultor español Fausto Culebras había sido seleccionado para tallar la figura de la chola. Encontró la piedra ideal en Quito, pero en el trayecto de regreso, la roca cayó del camión y lo aplastó.

“Él iba a tallar la Chola, pero la piedra lo mató”, recuerda Virgilio.

El proyecto quedó sin autor, y fue entonces cuando lo llamaron a él. Sin contrato ni garantías, presentó un modelo en barro, lo aprobaron y, en tres meses, talló la escultura en piedra bajo la dirección del maestro Manuel Mora Iñigo.

Controversia y reivindicación

Durante años, se atribuyó la autoría al escultor español. Fue recién en 2008 cuando una investigación de la prensa y una comisión del Concejo Cantonal de Cuenca confirmaron:
El autor de la Chola Cuencana fue Virgilio Quinde Tacuri.

En 2004, la escultura fue retirada de su lugar original por obras de infraestructura. Pero en 2018, tanto la Chola Cuencana como el virrey Andrés Hurtado de Mendoza fueron restituidos a su sitio en la intersección clave de la ciudad.

Un pilar del arte cuencano

Virgilio Quinde Tacuri es más que un artista. Es símbolo de la identidad cultural cuencana. Su historia, su obra y su espíritu creativo siguen vivos. (I)

“Mientras ese bastón musical siga marcando el compás de sus pasos, Virgilio Quinde continuará caminando al ritmo del arte”.

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