¿Se puede conocer el infinito? Pues bien. Imagine un número, gigantesco, el más grande que pueda concebir. Y luego súmele uno, siempre uno más. ¡Eso es! Allí está el infinito. Y es la aritmética la que ha logrado describirlo. Tome después un libro ancestral, el “El Kybalión” por ejemplo, y revise sus postulados: correspondencia, vibración, …











