Vocación heroica

Aurelio Maldonado Aguilar

OPINIÓN|

Quirófano y UCI, álgidos lugares donde muerte y vida compiten, uno tras latido, respiración, conciencia y otro por flacidez, silencio y descomposición del cuerpo en reciclaje eterno de agua y minerales. Reductos donde compromiso de médicos y paramédicos está al límite y la capacidad de reacción y trabajo llega al agotamiento físico y mental que, muchas veces, colapsan el héroe que lucha por salvar vidas y mantener un último suspiro. Héroes, si héroes, somos los médicos que luchamos descarnadamente en esta batalla contra el virus, alejados de hijos, familia, prohibidos de visitar gente vieja querida, ausentes de toda opción de gozo y algazara sabedores que somos primeros en contagio y, muchos, entregaremos lo único que tenemos, nuestras vidas, en bien de pacientes en acción inmensa de vocación y generosa entrega de mártires conscientes al saber que nos espera. Extenuantes turnos, enfundados en varias capas protectoras aislantes, mascarillas sofocantes que lastiman nariz y cara, calor asfixiante, sin alimento, bebiendo lo indispensable, son batallas diarias libradas en el mejor de los casos, pues en muchos servicios gubernamentales ni siquiera proporcionan lo indispensable para nuestra precaria seguridad. Existen ahora mismo más de tres mil postgradistas devengando con trabajo sus estudios, impagos por más de seis meses y, sin embargo, luchan exponiendo sus vidas y de los suyos por simple e incomprendida vocación heroica de ser médicos. Mientras esto acurre, gente se reúne en fiestas, camina sin mascarilla, se aglomera comprando cervezas, de forma estúpida y bárbara y serán en breve ocupantes de UCI. Además, según se va aclarando, el gobierno entregó hospitales a mafias a cambio de votos, pandillas de familias enteras como los Bucaram, que son de la compota criminal de venta y robo de insumos y medicamentos, logrando grandes fortunas de coaligados del hurto como los Salcedo, Mendoza, Zunino, Azuero, asambleístas y directores hospitalarios y de compras, etc que, descubiertos en su acción criminal de años, fugan y ponen cara de inocentes. Acaba de morir por covid, Rene Aguirre, médico fundador que manejo tres décadas la UCI del Regional siempre sonreído y sabio. Traté 30 años atrás pacientes con su ayuda y mi hijo la hizo 20 años luego al igual que inmenso batallón de médicos que disfrutamos su carisma y caridad. Momento es de rendirle justo homenaje y que UCI del Regional lleve su nombre. (O)