Pues sí, cuesta mucho pensar y más aún aparenta costar la ejecución de un plan de acción que permita las mejoras sustanciales que se requieren aplicar con suprema urgencia en nuestra ciudad. Nos basta con darnos una vuelta por el control sur o supuesta arteria de ingreso a la ciudad y dimensionar todo lo que sucede en un tramo que debe aproximar unos pocos kilómetros pero sobre los cuales, si Usted está de ingreso o salida de la ciudad, deberá obligatoriamente destinar unos cuantos minutos de embotellamiento vehicular, paisajes poco agradables consecuencia de los exhibidores improvisados sobre los que se promocionan productos alimenticios o prendas de vestir, sortear los cortos espacios con personas que estacionaron en lugares prohibidos para el efecto, o simplemente elevar el riesgo de sufrir algún accidente como producto de todo el caos generado en dicho lugar.
Hemos escuchado varias intervenciones y diferentes actores que exponen sus justificaciones en torno a este espacio, pero ninguna de ellas a lo largo de estos últimos meses, ha generado la solución integral y emergente que se requiere para solventar la imagen que damos a los turistas al ingresar a la ciudad y que, nos obliga a admitir, aunque sin asimilar, el tener que convivir con estas experiencias poco agradables. Sería muy conveniente que nuestras autoridades y mandos medios dejen la opinión a un lado y la transformen en acción transformadora. (O)
