Dejar hacer, dejar pasar

Luis Ochoa Maldonado

Conocemos más por sentimiento que por razón, y el país en desasosiego por los entramados políticos confundidos con justicia, que en concubinato ven el caso del ex Vice Presidente que sale de prisión de una manera furtiva, ante la indiferencia de sistemas carcelarios, que, sin observar coherencia procedimental, cumplen la sentencia; que bien si en todos los casos se actuaría igual, pero para los marginados, se requiere de esfuerzo, gasto y ruego para desechar sus requerimientos de prelibertad. Más allá de la consabida inmunidad para los poderosos, se muestra un halo de privilegios, que eso el pueblo llano no asimila ni come cuento.

La desconfianza en las instituciones crece, algunos voceros del régimen han sido sorprendidos a su entender y eso resulta perverso, para temas de administración publica en el ejecutivo, legislativo y judicial, porque están consumiendo recursos de todos malgastando en omisiones groseras. Simplemente viendo y dejando pasar, afectando a la población en su diaria actividad. Verbigracia demora en dotación de insumos a establecimientos sanitarios, paralizaciones de vías que afectan a la conectividad, quienes viajan deben permanecer estacionados en las carreteras, sin nadie que precautele sus derechos de libre movilidad, que decir de los caminos sin mantenimiento, cuyo ejemplo es la provincia del Azuay, que del proyecto de repotenciación de la vía Cumbe Biblian, incluido el ingreso sur a Cuenca sigue en veremos, observando y dejando pasar.

Que decir, de la abulia de un legislativo que no pueden evaluar a sus autoridades, porque así mismo recurren a la ágil justicia para potentados y de no creer, la respuesta de los jurados es detener el proceso de dicha valoración. Cuidado estemos reeditando aquellos viejos slogans de que se vayan todos. El pueblo está observando indefenso de las movidas en las altas esferas del poder político nacional, que debe cambiar de rumbo. Caso contrario por favor hasta cuando ponen a consideración del electorado sus puestos, mediante instancias legales como el de la muerte cruzada, que mostrarían sindéresis ante la actual situación y un poco de vergüenza. (O)