¡El desgaste de Lasso!

Análisis político Marco Salamea Córdova

Varias encuestas, efectuadas por diversas consultoras de opinión, dan cuenta de una creciente baja en el nivel de aprobación de la gestión del Presidente Lasso. Una de las últimas encuestas es la realizada por “Perfiles de opinión, que indica un nivel de desaprobación de un 82 % de la población, mientras la credibilidad del Presidente apenas alcanza un 15 %.

Se trata de una situación que refleja la escasísima legitimidad (o aceptación) social con la que cuenta el Presidente, y que asomaría como algo totalmente inusual debido a que apenas tiene un poco más de un año de gestión, pues anteriores Presidentes no sufrieron un desgaste tan acelerado.

Esta situación se explicaría por la falta de capacidad y eficacia en la gestión del Gobierno que preside, por los anuncios contradictorios en relación a ciertos temas, o por decir una cosa y hacer otra; pero, sobre todo, por la persistencia en llevar adelante una política económica que está deteriorando la atención a los problemas sociales básicos de la mayoría de la población, en áreas como la salud, la educación y la vivienda. En el primer caso, por ejemplo, sigue el drama de la falta de medicamentos y turnos en los hospitales públicos.

Todo esto ocurre mientras en la mayoría de los Ministerios, de lo presupuestado para 2022, la ejecución real al mes de septiembre no llega al 30 %; mientras la vialidad sigue con problemas; mientras el desempleo y subempleo aumentan; mientras la migración no se detiene; mientras los precios suben; y, mientras la inseguridad, con su ola espeluznante de asesinatos diarios, continúa creciendo.

En este escenario habría que preguntar: ¿El Gobierno “gobierna” haciendo frente o de espaldas a la realidad de la mayoría del pueblo? ¿Tiene realmente un Plan de gobierno o más bien lo que tendría básicamente como prioridad es un “plan de negocios” para beneficio de una minoría, de la que formarían parte ciertos grandes grupos de poder económico nacionales y extranjeros?.

Si es que el Presidente no hace rectificaciones en favor de las demandas mayoritarias de la sociedad nacional, su impopularidad puede aumentar más; y hay que recordar que ningún Gobierno puede gobernar sin conflictos si no tiene legitimidad social, o principalmente con el uso de la fuerza. (O)