El sistema energético de Ucrania resiste, pero tardará meses en ser reparado

Las temperaturas vuelven a caer en Ucrania a niveles bajo cero tras días por encima de los parámetros habituales en invierno y vuelven los cortes de energía, pero llevará meses reparar los daños en las infraestructuras incluso si no hay ataques de misiles y drones rusos.

Sin embargo, el intento de Moscú de destruir el sistema energético de Ucrania ha fracasado, cree Volodymyr Omelchenko, director de programas de energía del Centro Razumkov de estudios económicos y políticos.

«Antes de Año Nuevo los daños al sistema energético de Ucrania aumentaban con más rapidez que aquella con que podían ser reparados, pero ahora la situación se ha revertido», explica a EFE.

Según el experto, varios factores han conducido a que ahora sea posible reparar la infraestructura a un ritmo mayor que el de su destrucción, de los cuales el primero es el creciente poderío de las defensas antiaéreas ucranianas.

Gracias al suministro de armamento moderno por parte de los aliados de Kiev, ha aumentado su capacidad de derribar los misiles y drones del enemigo antes de que puedan causar grandes daños.

Además, organizaciones internacionales como el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (EBRD) y estados como Francia y Japón están proporcionando apoyo financiero y equipos de importancia crucial como transformadores eléctricos.

«El sistema energético de Ucrania también está siendo gestionado de forma proactiva», subraya Omelchenko, que agrega que antes de cada ataque ruso se emprenden medidas para minimizar su impacto y evitar su desintegración en subsistemas aislados.

Éste es a su juicio uno de los objetivos que trata de alcanzar Rusia: golpear los puntos más vulnerables del sistema de transmisión para impedir que la electricidad generada en una de las siete regiones de generación de electricidad pueda ser transferida a otra parte de la red nacional.

Por último, los ataques ucranianos contra bases en Rusia y el agotamiento de las existencias de misiles de largo alcance de que dispone Moscú implican que el país invasor podría quedarse sin los medios necesarios para mantener el ritmo y la escala de su ofensiva contra la infraestructura energética.

Estos factores llevan a Omelchenko a creer que el sistema energético de Ucrania preservará su integridad.

«Los rusos no serán capaces de destruir nuestro sistema», afirma y agrega que más ataques sólo conducirían a un agotamiento más rápido del arsenal ruso.

Sin embargo, advierte, esta posibilidad tampoco se puede excluir, ya que las acciones de Moscú no se corresponden siempre con las que esperaría un observador racional.

Omelchenko compara la situación de Ucrania con la de un paciente en una unidad de cuidados intensivos. Según explica, la brecha entre la demanda y el abastecimiento de electricidad se mantendrá entre el 25 y el 30 % hasta el final de la temporada fría.

Pasarán meses, o incluso un año, pronostica, hasta que sea posible restablecer por completo un sistema que ha perdido más del 45 % de su capacidad de generación de electricidad y ha visto dañadas de forma significativa más del 50 % de sus líneas de alto voltaje.

«Ucrania necesita una larga lista de equipamiento con más de 100 ítems, algunos producidos en Ucrania y otros suministrados desde el extranjero», explica el experto.

Parte de las piezas serán difíciles de reemplazar, ya que algunos de los repuestos de la vieja red de tiempos soviéticos, en particular los gigantescos transformadores de 750 kilovatios, sólo pueden ser obtenidos en un puñado de países.

«Al final Ucrania tendrá que reconstruir su sistema de acuerdo con estándares europeos, lo que permitiría el uso de más equipos modernos, pero esto llevará entre cinco y diez años y requerirá un remodelado sustancial de los mercados de energía internos para encontrar fondos para la transformación, lo que es imposible mientras continúe la guerra», estima el experto.

En estos momentos, la mayoría de los consumidores ucranianos pasan entre 8 y 14 horas al día sin suministro eléctrico en sus hogares debido a los extensos apagones programados por Ukrenergo, el operador de la red.

La principal razón es la drástica caída de las temperaturas, que han bajado en todo el país en un promedio de entre 7 y 8 grados celsius, lo que ha producido un incremento de la demanda de electricidad de aproximadamente 1,5 gigavatios, ya que muchos ucranianos usan dispositivos eléctricos para calentar sus hogares.

Además, la reactivación de la industria esencial y de aquella orientada a la exportación tras el parón navideño también ha contribuido a que los hogares reciban menos electricidad que antes. EFE