El cuerpo diplomático

A través del correspondiente Decreto Ejecutivo, el presidente Lenín Moreno agradeció los servicios de los embajadores María Gabriela Troya, Diego Aulestia y Francisco Carrión que tenían la representación diplomática de Ecuador en Israel y Chipre, la Organización Mundial del Comercio en Ginegra (Suiza) y de Estados Unidos, respectivamente. El mandatario es quien dirige las relaciones internacionales y tiene la atribución de designar a quienes representan al país ante las diferentes naciones. Cancillería a través del Ministro es la encargada de llevar a la práctica esas decisiones, recomendando al ejecutivo lo que considere conveniente para los intereses del país.
El servicio exterior ecuatoriano tiene una buena tradición a través de funcionarios de carrera que han cumplido con responsabilidad sus delicadas funciones. La figura de los llamados nombramientos o cuotas políticas ha sido siempre un serio obstáculo para el mejoramiento del servicio exterior. De acuerdo a este recurso frecuentemente utilizado se ha privilegiado la amistad por sobre la capacidad y profesionalismo para nombrar a miembros del servicio exterior. Durante el correísmo esa cuota política creció irresponsablemente, dejando de lado a los diplomáticos de carrera y experiencia para nombrar a activistas electorales. El servicio exterior se deterioró ostensiblemente con cancilleres improvisados.
En la separación del Embajador ante los Estados Unidos quedan algunos aspectos por aclararse. Más allá de si el Embajador Carrión presentó primero su renuncia por no estar de acuerdo con el tema de los aviones norteamericanos que ayudan en la lucha contra el narcotráfico o si el Presidente le canceló antes, se trata de un episodio que no le hace bien al país. Se ha dicho que de por medio existen presiones e intereses de personas del círculo íntimo del mandatario. Ojalá la buena labor que venía dándose en Cancillería no sucumba ante cuotas políticas que perjudican al país.