Varios centenares de personas se congregaron en el centro de Buenos Aires, convocadas por organizaciones sociales de izquierda, para reclamar al Gobierno mayor asistencia social en medio de la crisis, creación de empleo y el impago de la deuda externa, para emplear ese dinero en la lucha contra la pobreza.
En plena avenida 9 de julio, la más importante de la capital argentina, los manifestantes marcharon varias manzanas hasta la sede del Ministerio de Desarrollo Social, desde donde se gestionan las políticas sociales y en cuya fachada se ubica el rostro a gran escala de la emblemática exprimera dama Evita Perón, conocida por su labor por los más necesitados a finales de la década de 1940 y principios de 1950.
«Si quieren terminar con la miseria, no tienen que pagar la deuda externa, pueden hacer un tipo de ‘default’ (cese de pagos) organizado, pero que la plata quede acá», afirmó a Efe Mónica Sulle, referente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) Teresa Vive, una de las organizaciones convocantes a la protesta.
UNA SEMANA CLAVE PARA LA DEUDA
La iniciativa se produce cuando se cumplen dos meses de Gobierno del peronista Alberto Fernández, que ganó en las elecciones de octubre pasado al anterior presidente, el conservador Mauricio Macri (2015-2019) y en una semana clave para el país: este miércoles llegará una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para avanzar en la renegociación de la deuda de más de 44.000 millones de dólares que Argentina tiene con el organismo.
En la protesta, que provocó el corte de la avenida y dificultades en el ya de por sí denso tráfico en la zona, se pudieron ver carteles de «Fuera FMI» y «No al pago de la deuda externa», pero también otros críticos con el desarrollo de diversas medidas tomadas por el actual Ejecutivo.
Marcela, una de las manifestantes, remarcó que tanto ella como sus compañeros llegaron hasta la concentración para «reclamar un trabajo digno que sea acorde a la canasta familiar mínima».
ALTOS NIVELES DE INFLACIÓN Y POBREZA
El costo de la cesta de la compra, que marca la línea de la pobreza, aumentó un 3,6 % en diciembre con respecto a noviembre y alcanzó los 12.608,52 pesos mensuales por persona (200 dólares), según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, y la inflación cerró 2019 en el 53,8 % interanual.
Asimismo, según el mismo organismo, un 35,4 % de la población vivía bajo la línea de pobreza en el primer semestre de 2019, último dato disponible y todavía con Macri gobernando, por lo que Fernández se propuso, al llegar al poder, acabar con el hambre con medidas como la instauración del Plan Argentina contra el Hambre, que incluye la distribución de tarjetas para comprar alimentos.
Estas cuentan con una carga mensual de 4.000 pesos (65 dólares a la cotización actual oficial) para las madres que tienen un hijo menor de 6 años, y con 6.000 pesos (98 dólares) para las que tienen dos o más hijos menores de 6 años.
Precisamente esta condición es una de las críticas que se escucharon en la protesta de hoy.
«Hay muchas familias que tienen 4 o 5 hijos, y si no están en la edad que te pide el gobierno, si vos no tenés un chino menor de 6 años no podes recibir esa tarjeta alimentaria», lamentó Marcela, quien hizo hincapié en la «situación crítica» que en su opinión dejó Macri.
«No somos gente vaga como nos dicen, somos gente precarizada que trabajamos en negro, que tenemos familia y venimos a reclamar por los derechos de trabajadores», sentenció, convencida de que el nuevo presidente «por ahora» no ha respondido a «todos los reclamos» de las organizaciones.
NO CESARÁN LAS PROTESTAS
La delegación del FMI que arribará mañana coincidirá con la visita del ministro de Economía, Martín Guzmán, a la Cámara de Diputados para explicar las líneas generales de la negociación con el Fondo y el resto de acreedores internacionales para pagar la alta deuda externa, que el Ejecutivo peronista asegura quiere pagar, sin quitas, pero cuando el país empiece a crecer.
Es por eso que el miércoles se esperan más manifestaciones contra el FMI, organismo al que el Gobierno de Macri acudió para pedir un préstamo cuando en abril de 2018 se inició una grave recesión que aún continúa.
«El hambre y el trabajo genuino no pueden ser negociados por pagar la deuda», aseveró Sulle, que se define como miembro de un movimiento social opositor al Gobierno nacional.
«Sabes cuántas cosas se podrían hacer si no se pagara (la deuda)? (…) Miles de cosas. Pero ellos definen la relación con el FMI y el Banco Mundial y toda la deuda externa y Estados Unidos y su relaciones por el exterior en vez de discutir y hacer un plan que pueda responder a las necesidades del pueblo y los trabajadores», criticó. EFE