Hoy, el único concierto de L. Beethoven para violín

Entrada libre a espectáculo musical. Una obra intensa por su lírica, inclusive con trinos; los músicos aguardan al público

Un único concierto para violín compuso en su vida el genio de la música Ludwing van Beethoven y esta noche, desde las 20:00 horas, en el escenario de la Catedral Vieja, será la oportunidad para escucharlo, gustarlo y apreciarlo, en una presentación con entrada libre.

Los músicos de la Orquesta Sinfónica de Cuenca; su director, Michael Meissner; y el violinista internacional Wolfgang David, que actuará como solista, esperan al público para este espectáculo único, en que se ejecutará una obra considerada entre las maestras del repertorio universal. Es el “Concierto en Re Mayor para Violín y Orquesta”.

Quien asista, escuchará un tema intenso, con un sonar parecido al trino de los pájaros, logrado por el solista, de modo maestro, como buscaba el creador de la obra.

Las cuerdas del violín en sus manos, activadas por sus dedos moviéndose a gran velocidad y el frotar del arco, producen un bello efecto sonoro que acompañan instrumentos como los fagots y otros de viento, mientras el solista y su violín siguen tocando-cantando la hermosa melodía beethoveniana. La música llega hasta el espíritu.

Profunda, a ratos melancólica, la melodía de pronto se vuelve festiva, como canción de baile, una alegría múltiple cuando el resto de instrumentos de la orquesta replican al violín o lo secundan. Esto y más podrá escuchar quien asista a esta actuación de la Sinfónica de Cuenca, donde, además, el solista toca de memoria.

El violín es un instrumento lírico y Beethoven armaba cadenas de trinos para este instrumento, con el que se puede sostener notas musicales largas, algo que con el piano no es posible, explica el director de la orquesta.

La belleza lírica de esta obra está, pues, en el violín, pero la fuerza y el drama en la orquesta, remarca.

Wolfgang David, el solista invitado, es capaz de tocar la obra sin partitura, fue un niño prodigio en la música; cuenta que, hijo de un compositor, a sus cinco años vio un concierto dado por otro niño, de 12 años, eso le inspiró y se encantó por el violín, del que ha hecho su vida.

A los ocho años fue admitido en la Escuela Superior de Viena, el nivel universitario. “Lo más importante para quienes trabajan con la música es que consideren que, más allá de las notas, el arte consiste en expresar emociones”, manifiesta.

Es como un orador: si habla bonito, pero no dice nada, será muy aburrido y el público no le prestará atención; lo mismo, si habla solo técnicamente, tampoco vale”. (AVB)-(I)

REPERTORIO

A más del concierto de violín, por muchos años considerada imposible de tocar, la orquesta ejecutará esta noche la sinfonía “Matías, el Pintor”, de Paul Hindemith.

Un lirismo contemplativo, rayando en lo místico, recorre la obra. Sus principales elementos derivan del canto gregoriano, de los modos medievales y de las canciones religiosas de la Reforma Protestante. Cada uno de los movimientos de la sinfonía lleva el título de una obra del pintor Matthias Grünewald (1460-1528): “Concierto Angélico (por el nacimiento de Jesús), “Entierro de Cristo” y “Lamento de la Virgen María”. El último movimiento es la “Tentación de San Antonio”.

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