Créditos a la espera

En tanto que el cuestionamiento de diversos sectores políticos y sociales a las medidas de emergencia planteadas por el Gobierno Nacional, entre ellas la denominada Contribución Solidaria para financiar las acciones contra la epidemia del COVID-19, algunos analistas económicos, se han preguntado últimamente acerca de la demora en la entrega de los créditos internacionales, por 3 mil millones de dólares anunciados por el Ministro de Finanzas para enfrentar la grave crisis de iliquidez que sufre el país, no solamente por la cuarentena, sino además por la caída en las exportaciones y la parálisis del aparato productivo en general.

Ciertamente, el crédito anunciado demora en llegar al país, mientras se piensa ya en afrontar los efectos de una crisis, que de hecho es dramática, ya que se calcula que el Ecuador retrocederá en un 7 por ciento o más en su PIB, situándose de esta manera por delante solo de Venezuela, en la región. Por lo tanto, el contar con recursos que salven de manera emergente la iliquidez actual, resulta algo urgente, en términos de pensar a mediano plazo en la situación del país y la forma de, por lo menos conservar parte del aparato productivo, y por lo tanto el empleo que sufrirá caídas drásticas como se perfila a través de los análisis de la economía nacional.

Por otra parte, la necesidad de que la ciudadanía que pueda aportar de sus salarios o ganancias los recursos necesarios para afrontar la crisis sanitaria, y auxiliar con alimentos a los sectores más vulnerables, de hecho es una idea positiva y aún necesaria en las actuales circunstancias, pero lo grave es que el Ejecutivo no socializó esta propuesta, con los diversos sectores, políticos, económicos, sindicales, y la Asamblea Nacional, que prácticamente fue tomada por sorpresa con el anuncio de la Contribución Solidaria, a más de otros aspectos legales y constitucionales que habría que resolver para que esta iniciativa pueda plasmarse. En definitiva, fue un error del Gobierno, lo sorpresivo de este anuncio y es evidente la demora en la concreción de los nuevos créditos internacionales.