Cinco principales secuelas del accidente cerebrovascular

En 2023 se registraron un total de 8.326 muertes por temas relacionados a accidente vasculares encéfalo agudo, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). Cada minuto sin tratamiento durante un ACV significa la muerte de aproximadamente dos millones de neuronas, lo que hace crucial la atención inmediata.

Según Edwin Bucheli, director médico de Boehringer Ingelheim para Ecuador y Perú, “ante un ACV, la rapidez en la atención es crucial, ya que el paciente debe recibir tratamiento dentro de las primeras 4.5 horas desde el inicio de los síntomas. Este tiempo puede marcar la diferencia entre la vida, la muerte y la calidad de vida del paciente”. La demora en el reconocimiento de los síntomas y la acción inmediata aumenta el riesgo de secuelas que pueden afectar significativamente la vida de la persona, entre ellas:

  • Problemas de movimiento (Hemiplejía): El ACV puede causar parálisis en un lado del cuerpo, dificultando caminar, sostener objetos o moverse con normalidad. Esto afecta al 80 % de los pacientes, quienes requieren fisioterapia para recuperar funciones motoras.
  • Dificultad para hablar y entender (Afasia): Afecta al 30 % de los pacientes, impidiendo que se expresen o comprendan lo que se les dice. También puede dificultar la lectura y la escritura. La terapia del lenguaje es clave para mejorar la comunicación.
  • Pérdida de visión parcial o total: Hasta el 60 % de los pacientes pueden sufrir problemas visuales, como visión borrosa, dificultad para ver de un lado o ceguera en casos graves. Esto impacta su movilidad y autonomía.
  • Problemas al tragar (Disfagia): Más del 50 % de los pacientes tienen dificultad para deglutir, lo que puede causar desnutrición o infecciones pulmonares. La adaptación de la alimentación y la terapia ayudan a reducir estos riesgos.
  • Déficit de memoria y concentración: Uno de cada tres sobrevivientes de ACV presenta dificultades para recordar información o enfocarse en tareas. En algunos casos, puede derivar en demencia.

“Estas limitaciones no solo afectan su salud física y capacidad de realizar actividades cotidianas, tienen impacto en su bienestar mental y en la dinámica familiar, porque en ocasiones deben estar al cuidado de alguien más, lo que puede afectar la economía del hogar”, comenta el Dr. Bucheli. Para mitigar esta situación, el especialista enfatiza la importancia de reforzar la educación a la población general para reconocer y actuar con velocidad ante los síntomas de un ACV, tales como debilidad repentina en un lado del cuerpo, dolor de cabeza persistente, adormecimiento de la cara, visión borrosa, dificultad para hablar o confusión, que permitan una detección temprana y la búsqueda oportuna de asistencia médica.

“También es fundamental priorizar la preparación del personal hospitalario y prehospitalario para la atención inmediata de un ACV, desde el diagnóstico hasta la aplicación de tratamiento. Esto es parte de lo que hacemos desde la Iniciativa Angels, programa no promocional de Boehringer Ingelheim, que cuenta con el aval de la Organización Europea del Accidente Cerebrovascular y la Organización Mundial del Accidente Cerebrovascular, para facilitar herramientas a los profesionales de la salud que permitan mejorar el abordaje de esta emergencia médica”, explica Bucheli.   

El fortalecimiento de la atención del Accidente Cerebrovascular (ACV) en Ecuador ha avanzado con el convenio entre el Ministerio de Salud Pública y la Iniciativa Angels firmado en junio de 2024. Gracias a este acuerdo, se implementó el Protocolo de Atención Prehospitalaria y se obtuvo el primer Angels Awards en EMS, fomentando la excelencia en el país y la región. Entre los logros destacan la habilitación de cuatro nuevos Stroke Ready Centers, la capacitación de más de 1,100 profesionales de salud y la formación continua en hospitales y coordinaciones zonales del ECU 911.

El Dr. Bucheli enfatiza en la importancia de la prevención y asegura que hasta el 80 % de este tipo de emergencias médicas se pueden evitar si se conocen y controlan factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, dislipidemia (índice elevado de colesterol y triglicéridos), sedentarismo, alimentación rica en grasas y productos procesados, tabaquismo y consumo de alcohol en exceso “Adoptar un estilo de vida saludable es la mejor defensa contra esta devastadora enfermedad”, finaliza el vocero.

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba