Cirugía y gripe

Carlos Castro Riera

OPINIÓN|

Al inicio del actual gobierno se ofreció hacer una cirugía mayor a la corrupción, pero la lección del Coronavirus al mundo social es que la corrupción no se cura con cirugía sino con prevención, salud moral y ética del cuerpo social y generación de antígenos para provocar anticuerpos a la corrupción. Una cirugía no cura una epidemia de gripe. Se soporta un rebrote de la corrupción y continúan actuando viejos y nuevos portadores del virus. Tras una banda actúa otra.

Una de las medidas para generar anticuerpos tempranamente contra la corrupción, es acentuar la formación ética en el sistema de educación, con prioridad en escuelas y colegios, comenzando por educar a los educadores para esa labor delicada y estratégica con la asistencia de organismos internacionales especializados.

Otra medida preventiva es la efectiva transparencia en los procesos de contratación pública, facilidad de acceso a la información y procesos estables que perduren en el tiempo y no se cambien con tanta frecuencia con resoluciones del SERCOP que dejan en un segundo plano a la ley de contratación pública y su reglamento, creando una maraña regulatoria propicia para la corrupción vía la interpretación y la manipulación operativa.

La corrupción en la contratación pública tiene su punto de partida en la estructuración de los precios referenciales cuyos estudios de mercado para definir pliegos y ofertas se sustentan en proformas de proveedores compinches y luego vienen los concursos con falsos competidores, (“burrospie”), a lo que se suma el abuso en los contratos en emergencia y los contratos bajo régimen de excepción, todo en el marco de la omisión o debilidad de controles, entre otros, de auditoría interna y de control de mercado.

Condición para desalentar la corrupción es un sistema de justicia eficiente y probo, no subordinado al gobierno de turno, y contar con una ley anticorrupción drástica y ágil, ley que la Asamblea Nacional y el ejecutivo están en mora con el país a pesar del mandato popular otorgado en la consulta del 4 de febrero del 2018.

Inmunizar contra la corrupción es toda una guerra cultural que exige una planificación integral y estratégica, decisión política, ética de los gobernantes e impedir la impunidad de los ladrones de los fondos públicos. (O)