Prensa libre

Andrés F. Ugalde Vázquez


El escritor, el editorialista, el cronista periodístico lleva sobre sus hombros una tremenda responsabilidad, la que manda convertirse en el pregonero de la verdad, y hacerlo, además, de forma elegante, certera, vertical. Porque aquellos que dedican sus horas al periodismo en todas sus formas, deben recordar que la prensa, la prensa libre, tiene el deber, no solo de informar, sino de cambiar la vida de los lectores y, en cierta forma, la de su comunidad.
Hoy, tres de mayo, recordamos el día intencional de la Libertad de Prensa. Hoy recordamos el tesoro invaluable de la libertad de pensamiento, la necesidad imperiosa de la pluma libre, última frontera que permite el progreso y cobija a la democracia, manantial cristalino de la historia que, de tanto en tanto, peligra de extinguirse en los diques levantados por las botas, los mayorales y las sotanas.
Es por eso que la prensa, las salas de redacción, los últimos periódicos libres, deben convertirse en ciudadelas del pensamiento, ajenos al veneno que destila el populismo, ajenos a los apetitos del poder y las ideologías, lejanos a las grandes chequeras que compran las conciencias. Verticales, inclaudicables, libertarios, sin más lealtad que aquella sostenida con el pueblo al que informan, forman y orientan.
Bien preciado y sin igual es el periódico libre. Y será por eso que, a lo largo de la historia, especialmente de nuestra sufrida América Latina, han sido innumerables los intentos del poder por silenciar la prensa libre, las agresiones, las demandas, la amenazas; pero también han sido decenas de miles los que se han movilizado para defenderlo, hombro a hombro, universitarios, obreros, campesinos, pueblo con pueblo, han marchado contra los tiranuelos de turnos que, de tanto en tanto, acceden al poder.
Por eso estoy convencido de que la verdadera crisis, no llegará desde las medidas económicas, sino el día en el que los medios de comunicación, acobardados o prostituidos por el poder, entreguen a los mercaderes de la política, las llaves de las salas de redacción. Por fortuna, y esto dicho con orgullo por este medio al que tengo el privilegio de servir, ese día se mantiene lejano. Muy lejano… (O)

@andgaldev