El país se enfrenta a la peor caída del PIB de su historia

Andrea Salazar / Quito 

La suspensión de las actividades productivas como resultado de la pandemia de la COVID-19 y la incertidumbre internacional sobre la recuperación del Ecuador son dos de los factores determinantes que el Banco Central del Ecuador (BCE) tomó en cuenta para establecer la previsión económica que el país tendrá este año. Inicialmente se esperaba una recuperación del 0,7%, pero se anuncia un decrecimiento.

El BCE maneja tres escenarios. En el menos adverso se estima que el Precio Interno Bruto (PIB) del Ecuador decrecerá hasta finales del 2020 en un -7,3% y en el peor de los casos se llegarían al -9,6%.

Según la entidad, las principales causas de la caída son los bajos precios y la disminución en la producción petrolera. Además se estima que las exportaciones se reduzcan hasta en USD 5.203 millones. La inversión también bajaría: la pública en USD 1.592 millones y la privada en USD 1.340 millones, en tanto que las remesas se reducirían en USD 657 millones.


Verónica Artola, gerente del BCE, refiere que el actual contexto económico está dejándole al país con más huecos fiscales de los que tenía y puntualizó que el principal problema radica en el sector petrolero. “Nosotros habíamos establecido que el Presupuesto General del Estado iba a tener ingresos por USD 51 y hasta hace una semana estamos recibiendo 6 centavos por barril”, dijo.

Según el analista económico Guillermo Avellán, el Gobierno está siendo optimista sobre su pronóstico de crecimiento, pues señaló que si el precio del crudo no mejora y los ingresos por impuestos no suben el país avanza hacia la peor caída económica de su historia.

“El consumo de los hogares en el país caerá en un 10,37% debido especialmente al aumento del desempleo en el sector público y privado”,

“Solo Venezuela, en la región, tendrá una peor tasa de crecimiento que nosotros. Desde que el Banco Central tiene registros, es decir desde 1966, jamás, ni siquiera antes de la dolarización, habíamos tenido una caída tan abrupta”, puntualizó el experto.

El economista Diego Olmedo coincide en que las cifras del Gobierno son conservadoras y señaló que buscan “vender optimismo”, pues de acuerdo con su análisis se esperaría un decrecimiento de -15%, basado en la caída de las importaciones, inversiones y consumo de los hogares, esto último por la disminución del empleo.

Olmedo señaló que el BCE presenta una cifra menos desalentadora porque confía en que el sector privado se recupere en el segundo semestre del año, aunque resalta que los empresarios también han sido golpeados en este tiempo y desde hace 13 años.


“El Gobierno no aprendió ni siquiera en estos momentos (…) ahora menos que nunca van a querer invertir, cuando en lugar de confianza, incentivos y compensaciones les ponen impuestos, aportes que además se los lleva la pandemia de la corrupción”, puntualizó Olmedo.

Futuro desalentador

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el próximo año será mejor para Ecuador y estima un crecimiento del 3,9%. El analista económico Guillermo Avellán señala que frente a la gran caída del 2020 este porcentaje es mínimo, y en ese sentido el país tardaría al menos cuatro años en volver a un escenario similar al de antes de la COVID-19, el cual ya era de crisis.

Diego Olmedo es menos optimista y resalta que la situación no mejorará por el alto nivel de endeudamiento, por lo que se vuelve imprescindible la renegociación de la deuda externa. “En el 2021 el país deberá destinar USD 18.500 millones para el servicio de la deuda (pago de capital e intereses) y recibirá USD 24.000 en ingresos, ¿cómo atenderá a educación, salud y seguridad con eso?”, preguntó el experto.

REM

REDACCION EL MERCURIO

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