¿Nueva normalidad?

Tito Astudillo Sarmiento

OPINIÓN|

Y así, mientras miramos como, del otro lado de la ventana, la “nueva normalidad” empieza a tomar forma y nos lanzamos, a tientas, de vuelta sobre la misma dinámica y vorágine del mundo al revés, el mundo donde se vive para trabajar, en lugar de trabajar para vivir, este mundo en el cual, como describe Adoum, trabajamos por un salario que no alcanza para pagar “el desayuno, la flor o el ataúd”…

Tras la pandemia o, mejor dicho, en medio de ella, las puertas del tempo se han abierto, el gran mercado convoca e invoca a los fieles devotos de la moderna triada: consumo, acumulación y avaricia, donde la nueva normalidad nos espera campante.

Hay que levantar la economía, recuperar la producción, reactivar el mercado, necesitamos abrir los puertos y los aeropuertos, las vías y los tranvías, necesitamos flexibilizar las jornadas y las relaciones laborales, hay que pagar menos para acumular más, eliminar los subsidios y hacer estadística de los suicidios…

La economía nos convoca y el mercado nos invoca, la sociedad del consumo no funciona on line; y, es que resulta lógico que para vender on line, debo producir in site…

Así, los semáforos cambian de color al compás de la economía; y, nosotros, armados de valor y cubiertos por mascarillas, gafas, guantes y uno que otro traje de andar en otro lado, salimos a enderezar el rumbo, de la distribución o la redistribución no se habla (eso será después, ¿después de qué? no tengo idea, pero al menos ahora no), lo que cuenta ahora es garantizar que la economía no colapse, hay que protegerla, a la empresa y la banca, proteger las fuentes de trabajo, hay que proteger el sistema…

La “nueva normalidad” llegó con sabor a viejo, a usado y gastado, con sabor a la misma pandemia que nos ha azotado desde que la política se transformó en demagogia, el progreso en acumulación excluyente y la equidad en estribillo de cabaret…

La “nueva normalidad” no es nueva, pero si algo más perversa, tristemente y al parecer, algo más humana. (O)