Por la pandemia del Covid-19 la humanidad se ha visto obligada a pensar que cuando destruimos la biodiversidad, destruimos el sistema que sustenta la vida misma. Miles de persona han muerto por el Coronavirus conjuntamente con otras tantas que ha fallecido por enfermedades infecciosas. La biodiversidad es la base que sustenta toda la vida en la Tierra y bajo el agua. En este Día Mundial del Medio Ambiente nos hemos puesto a recapacitar y a darnos cuenta que la humanidad está al borde del abismo pues un millón de plantas y animales se enfrentan a la extinción.
Hoy estamos más conscientes que antes, que dependemos de la naturaleza para mantener nuestra vida, nuestra comida, nuestra energía, pero sin embargo estamos a punto de presenciar una extinción masiva, pero lo más importante es señalar que podemos detener y solucionar el problema si actuamos. Hoy y no mañana, llegó la hora de actuar por la naturaleza de manera individual o todos juntos, es hora de volver los ojos hacia la biodiversidad, de preocuparnos de la salud humana, de tener agua y aire limpio, así como de alimentos nutritivos. La biodiversidad abarca a unos 8 millones de especies en el planeta, más los ecosistemas que los permiten vivir.
El Día Mundial del Medio Ambiente que fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas –ONU- en 1977 y celebrada el 5 de junio de cada año, es una fecha que convoca a recapacitar, a tomar decisiones, a tomar acciones políticas, es la hora de motivar a las personas para que se conviertan cada uno en defensores del desarrollo sustentable para conseguir un cambio de actitud a favor del medio ambiente. El desarrollo sostenible es el único que garantizará a todas las naciones a disfrutar de un futuro más digno y próspero. Nosotros aquí en Cuenca y el Azuay todavía no hemos tomado una política clara a favor del medio ambiente.
