¿Quién podrá defendernos?

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

OPINIÓN|

Ni el Chapulín Colorado, ni nuestros gobernantes. Está claro. El problema descansa en asumir que en manos de alguien más está la virtud o desacierto de nuestro camino.

Miremos. Los representantes de la población son aquello: quienes ostentan una responsabilidad para canalizar las aspiraciones de la sociedad, encontrar fórmulas y tomar decisiones que permitan la concreción de bienestar colectivo. Por supuesto que en sus definiciones se profundizará el progreso o retroceso de los anhelos de la sociedad. Pero la responsabilidad del funcionario público tampoco entrega una capa y barita mágica, o el prestigio de un súper héroe capaz de solucionar -cual obra de magia- lo profundamente dañado. De hecho, solo los populistas se hacen llamar y muestran como héroes.

Lo correcto es tener esperanza. Sí. En el camino, los instrumentos, las decisiones y las convicciones de los gobernantes. Pero ir más allá de ello, constituye un error. La pasión, creatividad y desarrollo de nuevos caminos para el progreso está en nosotros y cada uno.

Veamos. La corrupción no es una enfermedad de ellos, aquellos y nada más. Hay descomposición en todo el tejido social. El avivado que busca con mérito ajeno escalar. La inmediatez y popularidad de una publicación en la internet que remplaza a años de formación para presentar en público una opinión. El remplazo de la capacidad por la astucia e improvisación. La falta de vergüenza por la estafa. La ausencia de ética para actuar. Los ataques en contra de todo y la falta de respeto a la institucionalidad. La ofensa al otro a cambio del derroche emocional.

No existirá alguien que pueda defendernos. Al contrario. Nuestras acciones, camino y esfuerzo propio, son los que dan luz y abrigan esperanza para el mañana. ¡Oh! Y ahora, ¿Quién podrá defendernos? Usted y yo. Nosotros mismos. En comunitariedad. (O)