Sin agua

Ana Abad R.

Cuando el río suena piedras trae, sin embargo, en época de estiaje cuando se reducen los caudales como ahora, los ríos convertidos en lecho de piedras dejan a la vista plásticos colchones, ruedas, canastos y toda clase de basura que muestra la preocupante contaminación de sus orillas y que nos refleja como una sociedad con poquísima consciencia ambiental pese a las campañas de educación emprendidas por las autoridades. Algo no está funcionando. No sólo se vuelve esencial que la ciudadanía, en estos tiempos, disminuya su consumo frente a la amenaza de extender el tiempo de racionamiento del agua sino, además, esta situación exige recuperar con urgencia el equilibrio ambiental en las fuentes hídricas agredidas por las constantes obras de mampostería que han roto los ciclos naturales. Los muchos títulos de Cuenca crean falsas realidades, marean, confunden y vuelven inactiva a la ciudadanía, sólo 80 litros de los 180 que corresponden a la dotación por persona, se destina a consumo humano. (O)