“Sean estas mis últimas palabras: Dios mío confío en tu amor”. Se marchó de este mundo Teodoro Pozo I en su camino fue dejando generosidad, afecto, cariño, huellas que quedarán durante largo tiempo impresas. A todos nos sorprendió su imprevista partida, son aquellos elegidos por la divinidad, aquellos con las manos abiertas y la presencia constante de la caridad, la fe y la esperanza. Recuerdo a Teodoro o Tedyy como lo llamábamos íntimamente unido a su Charcay: las tardes de fuego el sol de los venados el rastro de las perdices y las pavas del monte con Ángel María. Todo esto nos unió con esa hermandad que duró mucho tiempo; Tedyy fue nuestro amigo entrañable, que pena hablar del pasado de este personaje. Mas allá de las reminiscencias infantiles quisiera recordar al excelente jurista hombre de consulta en diferentes lugares, se desempeñó en diferentes puestos públicos y privados con mucha solvencia, Cuenca pierde un abogado de gran valía, cuando se retiró del quehacer público se consagró a mejorar enormemente el “Descanso” como una especia de su adorado Charcay. Vaya mi abrazo fraterno y sentido pésame a Lucia Neira de Pozo, Fabian Pozo, Fernando Pozo y Jhoana Pozo a quienes supo darles una educación de primera clase. (O)
