El centralismo no va más

Mario Jaramillo Paredes

El enfrentamiento de la semana pasada entre los municipios y el gobierno muestra- una vez más-que el centralismo no tiene futuro. En el fondo no fue un enfrentamiento con el gobierno. Fue con el modelo de Estado que concentra todo el poder y considera dádivas a los recursos que entrega a los municipios.

Esta vez el enfrentamiento no se debió solamente a la deuda que el gobierno tiene con los municipios. Sobre la morosidad vino un acuerdo ministerial que disminuía más todavía las rentas municipales. Los alcaldes protestaron, muchos de ellos fueron hasta la capital a reclamar y algunos más decididos iniciaron una huelga de hambre. El gobierno ante esa actitud de protesta, dio marcha atrás, dejó sin efecto el Acuerdo y se comprometió a transferir lo adeudado en “un futuro cercano”.

Esos recursos provienen de los impuestos que pagan los ciudadanos que viven en las ciudades y los envían al gobierno central para que los burócratas los devuelvan como favor después de retener una parte y de demorarles hasta que alguien proteste o se pare fuerte, como acaba de ocurrir hoy.

Más allá de este nuevo incidente, quedan en claro dos puntos. El primero: el centralismo tiene los días contados. Hay una vigorosa corriente nacional para acabar con ese sistema que ha perdurado por doscientos años. El pensamiento federalista resurge con fuerza frente a un estado corrupto, injusto y lejano. Segundo: los ciudadanos en las próximas elecciones de alcaldes y prefectos, debemos exigir a los candidatos un compromiso frontal en la lucha contra el centralismo. Y, lucha no significa mendigar lo que por justicia nos corresponde, sino pelear duro- si es necesario en las calles- para manejar nuestros recursos y ser dueños de nuestro futuro. Es el camino que debemos tomar. (O)