Las iniciativas regionales

Una propuesta para promover mayores competencias a Municipios, Consejos Provinciales y Juntas Parroquiales se gesta entre asambleístas electos de Azuay y Cañar.

Concretamente se trata de Marcelo Cabrera, por Azuay; y de Virgilio Saquicela, por Cañar. En sus condiciones de exalcaldes y exprefectos, los dos han vivido los avatares del centralismo, de las casi siempre asignaciones inequitativas, del traspaso de competencias sin los recursos suficientes, y de la “concepción de provincias” con la que desde Quito se mira y se atiende al resto del país.

Las provincias australes suman 21 asambleístas de los 137 que son parte de la Asamblea Nacional. Los proponentes consideran que harían un bloque fuerte como para impulsar propuestas colectivas, que nazcan de un gran acuerdo regional.

De concretarse, no será la primera vez que se intente conformar un bloque legislativo del sur con miras a proponer reformas de fondo al marco jurídico que rige a los organismos seccionales, cobijados bajo el membrete de Gobierno Autónomos Descentralizados, que ni son autónomos ni son descentralizados.

Tales intentos murieron tan pronto fueron anunciados, sea porque se diluyeron en el devenir del trabajo legislativo, o porque persisten los celos y recelos aun en las mismas provincias australes.

La iniciativa, cuando menos debe ser debatida, no solo entre los asambleístas electos sino entre todos los sectores sociales, incluyendo alcaldes, prefectos, juntas parroquiales, para que tenga consistencia y consenso jurídico y político.

No se sumarán los que conciben a la labor legislativa con solo alzar las manos y responden a un proyecto político totalitario.

Nadie ha osado, por ejemplo, poner en marcha la creación de Regiones, previstas en la Constitución y normadas en el COOTAD. Pocos se han revelado contra el centralismo, que ahora hasta define, desde “planta central” o “desde la matriz”, quien habla, quien no; y ha convertido a sus sedes provinciales o regionales en simples buzones.

Las autonomías y la descentralización, la desconcentración, sobre todo, deben ser tareas inmediatas de todos y entre todos.