El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, presentó un pedido de renuncia al movimiento Alianza País, que fundó con el exmandatario Rafael Correa en 2006, grupo que quiere expulsarlo a falta de menos de tres meses para que termine su mandato.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) notificó al grupo partidista que ha recibido a trámite la solicitud de Moreno para su separación o renuncia al Movimiento Alianza País, en un momento en que se tramita su expulsión.
Así lo dio a conocer Diego Fuentes, dirigente de Alianza País, al asegurar que esa separación permitirá al movimiento político llevar adelante una renovación de su militancia.
«Luego de haber sido notificado con el proceso para su expulsión de Alianza País, Lenín Moreno ha solicitado al CNE su desafiliación del movimiento», informó Fuentes en su cuenta de Twitter.
Además, remarcó que la salida de Moreno «constituye el primer paso para la renovación de esta organización política» y que la depuración abona a ese objetivo.
El pasado 26 de febrero, el propio Fuentes comunicó que, «pese a obstáculos de funcionarios de Moreno, hemos notificado el inicio de su proceso disciplinario por incumplimiento del plan de Gobierno que ganó las elecciones» en 2017.
«La renovación de nuestro movimiento no esperará más», agregó y confirmó las crecientes discrepancias con el mandatario, quien incluso fue su máximo líder, conjuntamente con Correa.
El propio Correa reaccionó al anuncio de separación de Moreno y le acusó de haber destruido al movimiento que llevó a ambos al poder.
«Movimiento robado de forma abusiva, y que finalmente destruyó», comentó por redes sociales Correa, que vive en Bélgica desde que dejó el poder en 2017.
Para él, «Moreno pasará a la historia como el rey Midas al revés: todo lo que tocó lo destruyó».
Moreno fue fundador del llamado Movimiento País, de tendencia progresista, que en 2006 ganó las elecciones con él de vicepresidente en fórmula electoral con Correa, quien llegó a ocupar al poder del 15 de enero de 2007 hasta el 24 de mayo de 2017.
Correa tuvo como vicepresidente a Moreno hasta mayo de 2013, cuando le sucedió Jorge Glas, ahora en prisión por un caso de corrupción que él niega.
En 2017, aún con Correa como máximo líder de Alianza País, Moreno llegó al poder, pero pocos días después empezó un vertiginoso distanciamiento entre ambos, que les convirtió en acérrimos rivales políticos.
Correa acusó a Moreno de «traidor» y éste recusó a su antecesor como el gestor de casi todos los males que agobiaban al país, argumento que mantiene hasta la actualidad.
Alianza País, en ese proceso de ruptura entre el llamado «correísmo» y el «morenismo», se quedó bajo conducción del ala de Moreno, que marcó distancias con su pasado, mientras que Correa fundó otro movimiento: Revolución Ciudadana.
Sin embargo, las discrepancias dentro de Alianza País y el supuesto apego de Moreno a ideologías conservadores y de derechas se agravaron en los últimos meses y empezaron a surgir críticas a la gestión del gobernante.
Para las elecciones generales del pasado 7 de febrero, Alianza País postuló a Ximena Peña para la Presidencia, pero obtuvo una escasa votación de apenas el 1,54 % frente al candidato correísta, Andrés Arauz, que alcanzó el primer lugar con el 32,72 % y su paso a la segunda ronda de votaciones o balotaje.
Moreno, cuya popularidad ha bajado a mínimos, según algunas encuestas, abandonará el poder el próximo 24 de mayo a quien resulte ganador de la segunda vuelta entre Arauz y el conservador Guillermo Lasso, del movimiento de centroderecha CREO. EFE