Debut parlamentario

Eliécer Cárdenas E.

OPINIÓN | _ Los flamantes “padres” y “madres” de la Patria en apuros, debutaron en la Asamblea Nacional, que debió ser fumigada a fondo y, además, sahumada por chamanes honestos, para limpiar los virus de la corrupción y el oportunismo, que ojalá no reaparezcan en el ilustre recinto, que, dicho sea de paso, de “ilustre” quedó en muy poco con el paso de anteriores parlamentarios, que entre otras “hazañas”, cobraron diezmos, y formaron parte de grupos de delincuencia política organizada para llevarse en peso fondos para la Salud, entre otras “maravillas”.

_ La asambleísta Llori, convertida por obra de un acuerdo de última hora entre la bancada gobiernista, Pachakútik y otras agrupaciones, comenzó con buen pie al ofrecer un discurso maduro y conciliador. Sin embargo, este buen comienzo tropezó con los intereses creados de las agrupaciones, en torno a las comisiones legislativas, eterno botín de los partidos, a fin de controlar ciertos resortes claves de su gestión.

_ Estas peleas sordas por el control de las comisiones, ha sido la piedra de toque que, precisamente, vicia la gestión legislativa y la convierte en una suerte de compartimientos estancos, dominadas por los intereses, no solo de partido, sino sobre todo, personales que vuelven a las labores del Segundo Poder del Estado en un camino tortuoso, donde el “toma y daca” se convierte en moneda corriente en los conciliábulos de los pasillos del edificio legislativo, en lugar de los debates francos y transparentes que deberían ser la tónica de la acción parlamentaria.

_ De otra parte, el inicial acuerdo que logró una mayoría frágil e insegura, corre el riesgo de convertirse en el tristemente célebre caso de las “mayorías móviles”, donde suelen mercadearse los acuerdos mediante transacciones, en muchos casos poco éticas y en los peores casos, francamente, inmorales.

_ Los ecuatorianos de a pie aspiramos que exista algún cambio real en el comportamiento legislativo, y que quienes llegan como “campeones de la transparencia”, no se conviertan a la vuelta de la esquina en todo lo contrario. El país merece, por lo menos, un Parlamento algo mejor que las tristísimas experiencias pasadas.

_ Las ambiciones y el oportunismo deberían ser desterrados del panorama parlamentario. (O)