En el interior de la Contraloría General del Estado «funciona una estructura criminal que opera de forma organizada para lograr el desvanecimiento o imposición de glosas». Así lo manifestó Carlos Pareja Yannuzzelli, exministro de Hidrocarburos, quien ayer compareció ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, donde se desarrolla el juicio político al excontralor Pablo Celi, detenido.
Por su parte, Valentina Zárate, excontralora subrogante, coincidió con Pareja en que dentro de la institución se encuentran autoridades sobre las que pesan una serie de irregularidades, por lo que se necesita un cambio estructural, lo cual no se solucionará solo con el reemplazo del contralor.
“Para que funcione la Contraloría, tiene que hacerse un proceso de reingeniería, de evaluación de esos servidores. Pueden poner a un señor cura, un rabino o un Dalai Lama, que mientras exista la estructura actual, el organigrama actual, no va a funcionar. El Consejo de Participación puede designar a una autoridad proba, pero esa autoridad tiene la dura tarea de evaluar a gran parte del personal”, afirmó Zárate.
Desde la cárcel de Ambato, donde se encuentra recluido cumpliendo con cinco sentencias relacionadas con la corrupción detectada en Petroecuador, Pareja Yannuzzelli mencionó que durante 10 años el líder de la estructura criminal fue el expresidente Rafael Correa, pero en cada institución operaban estructuras más pequeñas y señaló que el liderazgo en la Contraloría lo tenía el excontralor Carlos Pólit, prófugo de la justicia, pero su brazo ejecutor fue Pablo Celi, recientemente detenido por el caso Las Torres.
“Cuando renunció Pólit se le hizo creer al país que él era el que hacía los informes técnicos para desvanecer glosas, lo cual es falso, pues requería de una estructura interna, que incluía auditores, que eran los carpinteros para poder hacer los informes favorables o desfavorables para el desvanecimiento o imposición de glosas. Al que yo denuncié, junto con Polit, es a Celi, que cogían dinero en la suit del Swissotel”, dijo el exministro.
Como resultado de las malas prácticas de los funcionarios, la excontralora Zárate puntualizó que durante su tiempo al frente de la institución detectó un “enjambre” de irregularidades relacionadas con la aprobación de exámenes especiales fuera del tiempo legal. Advirtió que actualmente existen al menos 1.000 documentos “caducados” sobre los que podría estar trabajando el actual contralor subrogante, Carlos Riofrío, que fue nombrado por Carlos Pólit antes de presentar su renuncia.
Mientras que sobre los expedientes que se quemaron durante el incendio al edificio de la Contraloría, durante las marchas violentas de octubre del 2019, dijo que es muy poco lo que se ha podido recuperar. De los 22.850 informes de responsabilidad que se dañaron, solo 4 mil se repusieron.
Denuncia presiones
Tanto de los funcionarios, como de supuestas autoridades, la excontralora Valentina Zárate afirmó haber recibido presiones para que deje el cargo o para que nombre a ciertas personas en los cargos directivos.
“Guillermo está muy preocupado, porque ha pasado una semana y no ha hecho los cambios”, le dijo a Zárate una persona que se hacía pasar por Fabian Pozo, actual secretario jurídico de la Presidencia de la República. Pero la exfuncionaria, tras una primera llamada, había confirmado que las llamadas no provenían del Gobierno.
Zárate dijo que las presiones también fueron internas, pues varios de sus compañeros no estuvieron conformes con su nombramiento.
“Durante mi permanencia en la institución hubo mucha resistencia por algunas áreas que veían en mí una presencia incómoda, porque en mis funciones siempre di un paso para mejorar la eficiencia”, dijo, al ser preguntada por los asambleístas sobre si se sintió presionada. (I)