Depresión infantil

Eduardo Sánchez Sánchez

Al parecer, la salud mental de los niños no es considerada o la desconocemos; una de cada cuatro personas padecerá alguna enfermedad mental a lo largo de su vida, tal vez se iniciará antes de los 14 años el inicio. Usualmente, no existe el interés de los Estados ni las familias para entender y asistir patologías pediátricas, que antaño se desconocieron y hoy se han incrementado por factores como alteración del hogar por el alto índice de divorcios, ambos padres laboran y se sustituye su presencia con el internet y el gran vacío de afecto, y peor sí mencionamos a los niños abandonados por la migración parental y hoy la pandemia que ha mostrado con verdadera crudeza la tragedia humana de la violación de lo más noble en un niño. La prensa nos informa todos los días de esta desgracia social, cuántos casos no se sabrán jamás.

Sociedad turbulenta, insensible, materialista y gestora de una cadena de tragedias que engrosan los factores de desequilibrio en los más sensibles como grupo etario lacerado. 

Los niños nacen  aburridos, les robamos el derecho a soñar, ingeniarse, soñar,  ser libres, etc.  Todo está programado para que sean hormados por normas  de consumismo. ¿Porque un niño no puede imaginar e inventar sus juguetes, porque es conducido a que seleccione ropa de marca y juguetes en una plataforma que rompe el plan de soñar?   Porque  encementamos el mundo a que no conozca el petricor de la tierra ni el aroma de las flores y a que el ruido de las motos nos prive a los cuencanos de escuchar el canto de nuestros ríos.   

El desconocimiento y el olvido, la ansiedad y depresión son los males que afectan a la niñez, además existe el trastorno bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis. Ya está presente el suicidio en niños y jóvenes, como síntoma de la catástrofe que lacera a la sociedad. (O)