Realidades y ficciones

Roberto Vivar Reinoso

Una serie de realidades nacionales intentan ser resueltas, con medidas ficticias o que fracasaron en el pasado, lo cual, a la postre, resulta más de lo mismo con nombres diferentes simplemente.

Es el caso de la crisis carcelaria. Los voceros oficiales anuncian la reestructuración total del sistema, pero solo repiten lo que ya propuso el anterior gobierno, en un documento de noventa páginas al costo de 18,5 millones de dólares, sin resultado positivo alguno.

Persiste entonces el peligro de nuevos fracasos al no buscar soluciones para la lentitud judicial y uso excesivo de la prisión preventiva, causantes del hacinamiento; endurecer las penas; combate interno y externo contra las mafias mediante labores de inteligencia. Si el gobierno teme implementar estas medidas directamente, sométalas a consulta popular.

Otro propósito que se busca realizar mediante mecanismos dudosos, por lo cual, puede fracasar en el intento, es duplicar la producción petrolera y fomentar la minería industrial, cuando al mismo tiempo se anuncia un referendo para limitar el extractivismo.

También los hechos y las vivencias de la prensa tradicional y en línea, muestran los obstáculos hacia la autorregulación que consta en el proyecto de ley presentado al Legislativo. A través del asambleísta Salvador Quizhpe, Pachakútik le acusó de linchamiento mediático, por el enfoque dado a las declaraciones de su colega Rosa Cerda. Similar comportamiento, muestran las cadenas televisivas internacionales CNN y Telesur.

Las vacunas contra el covid-19 son promocionadas, como real panacea hacia la normalización de la vida cotidiana. Sin embargo, su eficacia es cuestionada frente a las variantes más letales y que aparecen cada momento, e inclusive se habla ya de una tercera dosis eufemísticamente calificada como “refuerzo”. (O)