La desnutrición crónica infantil

A estas alturas del siglo XXI, la desnutrición crónica afecta a un gran segmento de la población infantil del Ecuador.

Hay prevalencia del 27 % en niños de hasta 2 años de edad; y del 24 % entre los de 5.

De tan calamitosa realidad no escapa la provincia del Azuay. Los más altos índices están en Pucará, Oña, Nabón y Sígsig.

Los datos provienen de la Secretaría Técnica “Ecuador crece sin Desnutrición Infantil”, tras encuesta efectuada en 2018.

En esos cantones azuayos se concentra el 35 % de la población infantil desnutrida. Dicho de otra manera, uno de cada tres niños de 0 a 5 años lo padece. Hay mayor prevalencia en Nabón y Oña, considerados los más pobres de la provincia; pues en la mayoría de sus comunidades, algunas indígenas, persiste la pobreza y la extrema pobreza, consecuencia de muchos factores.

Como se ve, es un grave problema de salud cuyas repercusiones se multiplican y afectan la calidad de vida de esos niños cuando ya sean jóvenes y adultos.

Carecen de los servicios básicos, sobre todo los de agua potable y saneamiento. Poco o ningún acceso a los de salud.

Las gestantes no tienen los debidos controles durante el embarazo. A lo mejor ni conocimiento de métodos anticonceptivos, o no los aplican por prejuicios.

Ellas deben trabajar, cuando no a emigrar a la ciudad. Los hijos quedan bajo el cuidado de abuelos u otros familiares o hasta de los vecinos.

La alimentación es precaria, sin los nutrientes recomendados para una edad en la cual su ingesta es fundamental para garantizar un saludable crecimiento.

De acuerdo al estudio, otros factores son el desempleo, la violencia intrafamiliar y la migración. El alcoholismo es otra lacra; igual la poca o nula autoestima, ni se diga las atávicas creencias sobre un mal entendido destino.

El gobierno implementará el plan estratégico intersectorial contra la desnutrición. Los GAD de los cuatro cantones hacen lo suyo en la medida de sus posibilidades.

Estas acciones son alentadoras a favor de la niñez desnutrida. Vale recordar: un pueblo sano es un pueblo productivo. Manos a la obra.