Conveniencias y denuestos

Juan F. Castanier Muñoz

El gobierno presidido por Guillermo Lasso, tiene entre sus planes el plantear al país un grupo de reformas económicas, a través de un proyecto denominado “Creando Oportunidades”. Para tal fin, debe valerse del sinuoso e incierto proceso en la Asamblea, donde la última palabra no está dicha, a veces, sino en los “descuentos” de los plazos previstos. Escuchando las peroratas de algunos asambleístas, aún antes de que el presidente envíe ningún proyecto, el panorama no luce nada alentador para el gobierno y, peor, para el país. Con ligereza digna de mejor suerte, los legisladores se refieren a que se piensa enviar a la Asamblea “un mamotreto jurídico”, una norma “que beneficiará a los ricos y a los empresarios”, un proyecto que irá “contra los más pobres de la patria”, es decir, se continúa utilizando los mismos términos descalificadores de hace cincuenta años, sin que se haya logrado, por lo menos, renovar la retórica de una oposición a ultranza.

Y hablando del desenvolvimiento del gobierno, salvo las excepciones de rigor, ¿a qué dirigente sindical o gremial del país, de aquellos auto titulados de izquierda, le conviene que al gobierno de Lasso le vaya bien en su gestión?, ¿a qué dirigente que tiene la foto del Che en la cabecera de la cama y un escapulario del finado Chávez, le conviene que el gobierno del banquero, del representante del neo liberalismo, tenga éxitos en el manejo de la economía? Y, por diferentes motivos, claro está, hasta grupos afines ideológicamente al gobierno, andan tras sacarse cierto incómodo clavo y haciendo los cálculos para las próximas elecciones seccionales.

Y asimismo, a la vieja usanza, se cree que quién gana una discusión es el que más grita, el que más insultos profiere, quién más descalifica las posiciones contrarias, quién aparece como más intolerante y radical. “Levantaremos al país”, “no quedará piedra sobre piedra”, “teñiremos los caminos con sangre”, “marcharemos sobre Quito”, “paralizaremos al país indefinidamente”. El continuar anteponiendo los intereses grupales y los insultos destemplados, a la razón y el interés común, será nefasto para el país. (O)