Cabeza bien hecha

Francisco Olmedo Llorente

¿Cuáles son los objetivos de la educación, hoy ¿Calidad, cantidad? Montaigne privilegiaba más «una cabeza bien hecha que una cabeza bien llena». Whitehead pone dos mandamientos en la educación. El primero es «no enseñar demasiadas cosas». El segundo dice que «lo que se enseñe, enseñarlo a fondo».

Suele establecerse una contraposición (relativa) entre Rabelais y Montaigne. Rabelais considera que el ideal de la educación es transformar al alumno en un «abismo -un pozo sin fondo -de ciencia». De aquí, su carácter enciclopédico, memorístico.

Montaigne critica una cabeza llena,dominada por la memoria mecánica («saber de memoria no es saber»), por la acumulación. “Nos esforzamos sólo en llenar la memoria y dejamos el entendimiento y la conciencia vacíos”, afirma.

Al respecto, suele recordarse una frase del político francés Clemenceau: «Poincaré lo sabe todo, pero no comprende nada; Briand no sabe nada, pero lo comprende todo». Con palabras de Montaigne, el primero tenía la cabeza bien llena; el segundo tenía la cabeza bien hecha.

Montaigne acoge la metáfora de la “digestión” para expresar el proceso activo del alumno, que implica la interiorización, la construcción de sentido de las materias estudiadas. Dice que «el niño no es un vaso que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender». Así mismo, Whitehead escribe: “Nunca debe olvidarse que la educación no es un proceso de empacar artículos en un baúl».

Montaigne quiere que, en la evaluación, «no pida el profesor cuenta de las palabras de la lección, sino de su sentido y substancia, y juzgue del provecho obtenido, no por el testimonio de la memoria del alumno, sino por sus actos».  

Las TICs reclaman una pedagogía renovada y nuevos contenidos de enseñanza.,quegeneren una cabeza bien hecha, capaz de ejercer nuevas competencias. Como dice Michel Serres, las TICs nos han condenado «a ser creativos, inteligentes y transparentes. La inventiva es todo lo que nos queda». (O)