El Gobierno designa 1.297 millones de dólares para la entrega de un total de nueve bonos sociales a cerca de 1.4 millones de personas. Actualmente se realiza un proceso de depuración que incrementará los beneficiarios, pero también sacará del Registro Social a quienes fueron ingresados de forma irregular.
Según Esteban Bernal, ministro de Inclusión Económica y Social (MIES), la entrega de los bonos “funcionó por muchos años como un abanico en donde entraba gente por coyuntura y al cerrarse el abanico se quedaban fuera personas que necesitaban la protección social y se dejaba dentro a quienes no la necesitaban”.
Diana Apraes, directora del Registro Social, explicó que, tras ajustar la metodología e identificar a las personas que fueron registradas para recibir los bonos como una estrategia política, sin criterio técnico, se determinó que dejarán de recibir este beneficio, a partir del mes actual, 46.566 personas.
Sin embargo, este mismo ajuste permitió recalificar a las personas de los deciles más bajos de pobreza que no habían sido tomadas en cuenta, por lo que 85.562 ciudadanos se incorporarán a este beneficio desde este mes.
Apraes explicó que la metodología anterior al 2020, cuando se arrancó con la recalificación, tomaba en cuenta temas particulares de las personas, como por ejemplo que posean una televisión, la modificación permitió que se califique a los beneficiarios de forma integral, a través de un cuestionario que toma en cuenta 85 ítems y que valora más los gastos que los ingresos.
Este proceso de incorporación de nuevos beneficiarios será permanente, el MIES cuenta con un presupuesto aprobado por el Ministerio de Economía y Finanzas para la inclusión, hasta abril del próximo año, de 173 mil personas que se sumarán a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano, la meta del Gobierno es que este número se incremente a 263.561 personas.
Número de bonos existentes
Según datos proporcionados por la Subsecretaría de Aseguramiento No Contributivo, Contingencias y Operaciones del MIES, actualmente hay nueve bonos sociales.
El mayor peso del gasto estatal recae en el Bono de Desarrollo Humano, del cual se benefician 736.584 personas y requiere un gasto de USD 530 millones 246 mil 600. Los núcleos familiares en situación de pobreza o extrema pobreza reciben USD 50 mensuales.
Además existe el Bono de Desarrollo Humano con componente variable, que se entrega dependiendo del número de hijos menores de 18 años, y llega a un máximo de USD 150. De este se benefician 241.804 personas, lo que le significa al país un gasto de USD 101 millones 605 mil 685.
Hay además tres bonos destinados para personas de la tercera edad, los cuales, según explicó Esteban Bernal, serán unificados y recategorizados, en un proceso de simplificación que se desarrollará en los próximos meses.
Entre estos bonos se encuentran: la Pensión Mis Mejores Años, por el que 341 mil 632 personas reciben USD 100; la Pensión para Adultos Mayores que entrega USD 50 a 7.712 beneficiarios; y, la Pensión Toda una Vida, que también entrega USD 100 a 93 mil 230 personas. En total el país destina para estas ayudas sociales USD 491 millones 896 mil 500.
Para las personas con discapacidad también existen dos bonos: una pensión que entrega USD 50 a 2.304 personas; y, el Bono Joaquín Gallegos Lara, que destina USD 240 para 40 mil 380 personas. Dando un total de USD 132 millones 162 mil 420 de inversión.
Dos bonos adicionales contienen un bajo número de beneficiarios, el de Orfandad por Feminicidio ayuda a apenas 74 niños, pues el requisito para recibirlo es contar con una sentencia ejecutoriada en contra de quien asesinó a su madre, en este caso se entrega USD 117 cuando se trata de un solo niño, USD 172 para dos menores y USD 216 para más de tres. En total se designa USD 230 mil 730 para este beneficio.
Mientras que el Bono de Cobertura de Contingencias solo abarca a 26 familias, con una inversión total de USD 499 mil 200; se puede entregar hasta USD 400 en caso de que un núcleo familiar tenga una calamidad que ponga en riesgo su sustento familiar o su vivienda actual.
Nuevo bono para madres gestantes
Debido a la pandemia de la covid-19, Ecuador enfrenta un grave problema de pobreza extrema, con un 25 % de la población en esta condición.
Además la desnutrición crónica infantil afecta al 27,2 % de los niños menores de dos años. El Gobierno se ha planteado reducir este porcentaje en 6 puntos y una de las estrategias será la creación de un nuevo bono destinado a las madres gestantes.
Este Bono se denominará de los Mil Días, pues establece la entrega de USD 70 durante 230 días del período de maternidad y 730 días desde que nace el niño, es decir hasta que cumpla dos años. También se incluirá en el beneficio a menores de hasta seis meses.
El nuevo bono se comenzará a entregar desde febrero del próximo año y en una etapa inicial se espera llegar a 80 mil mujeres. La meta del Gobierno del presidente Guillermo Lasso es que durante su período se llegue a 380 mil personas.
Según explicó el ministro Esteban Bernal, para la entrega se priorizará a las madres gestantes rurales y sobre todo a las adolescentes embarazadas.
Como este bono estará destinado a combatir la desnutrición, el Gobierno planifica que parte del monto entregado pueda ser retirado directamente de tiendas o locales comerciales, para garantizar la compra de alimentos nutritivos para la madre embarazada y el niño.
Entrega sin control de resultados
Para el economista Patricio Almeida, experto en el análisis de la protección social, la idea del actual Gobierno de entregar solo una parte de los bonos en efectivo y el resto en alimentos, es una estrategia que se ha venido sugiriendo desde al menos dos décadas, cuando se creó el Bono de Desarrollo Humano, pues estas ayudas no pueden ser entregadas “sin inventario”, sin verificar el destino de los fondos.
“Si el Gobierno quiere combatir la desnutrición, debe constatar que el 100 % de lo que se entrega vaya destinado a este fin, porque de lo contrario, tenemos padres a los que el bono no les dura ni tres días y se lo gastan en artículos que no son imprescindibles para sus hijos”, puntualizó el experto.
Para el economista Oswaldo Landázuri lo más importante es que los bonos que se han entregado no han servido para el fin primordial, lograr que estas personas salgan de la situación de pobreza en la que se encuentran, al contrario, se han perennizado.
Según el analista, en el país han faltado estrategias permanentes que permitan verificar que estos fondos sean destinados para que los niños sean correctamente alimentados y reciban educación, que es una garantía de que salgan de la pobreza.
“Si un niño estudia y se alimenta bien podemos garantizar que la pobreza no se repita en la próxima generación, solo así el objetivo de los bonos se cumplirá, pues debe ser una ayuda temporal y que garantice que las personas salgan de esta situación”, puntualizó el experto. (I).